DÍA MUNDIAL DEL CHOCOLATE
Aunque más de una fecha se disputa la celebración de este noble y agradable alimento, nacido a partir del cacao, lo cierto es que su consumo es irresistible para grandes y chicos en todo el mundo.
Comer chocolate puede tener una influencia importante sobre el estado de ánimo y por lo general conduce a un aumento de sensaciones agradables, así como a una reducción de la tensión. Además, es un alimento de un considerable valor nutricional.
Estos elementos hicieron que la Organización Internacional de Productores de Cacao y la Academia Francesa de los Maestros Chocolateros y Confiteros, promovieran la celebración del Día Internacional del Chocolate haciéndolo coincidir con el Día Mundial del Cacao, cada 7 de julio, ya que se cree que esa es la fecha en la que este fruto llegó a Europa.
Sin embargo y con una mirada más comercial, los mismos franceses instauraron una segunda fecha para conmemorarlo, el 13 de septiembre, coincidiendo con el nacimiento de Roald Dahl, autor de Charlie y la Fábrica de Chocolate. E igual jornada adoptaron los países anglosajones como Estados Unidos, ya que ese mismo día nació Milton S. Hershey, el fundador y dueño de la Compañía Hershey.
Museo y tienda de dulces en Hershey’s, Pensilvania
Pero más allá de esos desacuerdos, lo cierto es que el chocolate es un producto que bien vale la pena festejar cuantas veces sea necesario, y es muy interesante descubrir cuál es su origen.
Al chocolate se lo conoce como “el alimento de los dioses” y tiene su origen en México. Procede del árbol del cacao, propiamente de su semilla, el cual era bastante común en los países tropicales de América. A su vez, se le asignaba gran importancia en la sociedad azteca, en la que durante mucho tiempo fue utilizado como moneda de cambio.
Desde la época precolombina, cuando coexistían las civilizaciones Aztecas, Incas y Mayas, la semilla de cacao era un alimento muy codiciado gracias a su sabor y versatilidad. Y con la llegada de los colonizadores españoles, se convirtió en un bien más preciado aún. En la colonia era tomado en formato de bebida. Generalmente se preparaba similar al café, diluido en agua. Hasta que un buen día se les ocurrió mezclar el polvo de cacao con leche, lo cual dio lugar al sabroso chocolate caliente que rápidamente se popularizó en todo el mundo. No obstante, sólo a partir del siglo XIX surgió el chocolate tal y como lo conocemos hoy en día.
Este producto se consigue mezclando azúcar, cacao y manteca de cacao. Pero si se le agregan otros ingredientes se obtienen diferentes variantes por sabor. De este modo, por lo regular se juega con la adición de leche, frutos secos, manjar y bebidas alcohólicas, entre otros. Respecto al chocolate blanco, éste sólo contiene manteca de cacao y azúcares.
Actualmente no existe país del mundo donde no se coma chocolate, aunque en el siglo XIX las semillas de cacao y el chocolate ya procesado se consideraba mercancía de lujo, por lo que en muchas regiones únicamente se consumía gracias a los contrabandistas. En estos momentos, las naciones donde más chocolate y cacao se ingiere son Holanda, Bélgica, Suiza, Francia, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Brasil.
Junto con ser delicioso, el chocolate aporta numerosos beneficios para la salud. Y entre los principales destacan:
Evita el exceso de radicales libres en el cuerpo.
Mejora el flujo sanguíneo.
Ayuda a regular la presión arterial.
Eleva el colesterol bueno en sangre.
Ayuda a combatir las migrañas.
Mejora el funcionamiento cerebral.
Protege al cuerpo de la radiación solar.
Ayuda a equilibrar el organismo de las mujeres durante la menstruación.
Además, el cacao puro es altamente nutritivo y, por ende, cuanto más elevado sea el porcentaje de éste en una tableta de chocolate, más nutrientes aportará al organismo.
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