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Evaluación y proyecciones del mercado panadero







Por: Juan Mendiburú

Presidente de Indupan


Enfrentando nuevos desafíos y oportunidades, el mercado panadero chileno continuó siendo uno de los sectores más dinámicos y tradicionales de nuestra economía en 2024. Con una fuerte cultura de consumo, donde el pan es un alimento básico en los hogares, la industria ha debido adaptarse a cambios en las preferencias de los consumidores, costos de producción y un escenario económico que plantea retos importantes.


Según datos de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan), el consumo per cápita en nuestro país sigue siendo uno de los más altos del mundo, alcanzando los 90 kilos anuales por persona. Sin embargo, factores como la inflación y el encarecimiento de insumos clave como la harina y la energía, han influido en la rentabilidad del rubro.


A nivel de consumo, las panaderías tradicionales se han enfrentado a una creciente competencia de supermercados y tiendas de conveniencia, que han invertido en mejorar la oferta de pan fresco y productos envasados. No obstante, la calidad y el valor artesanal siguen siendo una clave diferenciadora para los negocios locales.


Las tendencias que marcarán el mercado en el futuro incluyen productos saludables y funcionales, esto considerando el aumento en la demanda de panes integrales, sin gluten y con ingredientes funcionales como semillas, fibra y proteínas.


En esa línea, la incorporación de tecnologías en la producción, distribución y comercialización está tomando fuerza. Las plataformas de venta online y los servicios de entrega han permitido a las panaderías llegar a un público mucho más amplio, lo que se ha sumado a la incorporación de prácticas más sostenibles, como la reducción del desperdicio de este alimento y el uso de insumos provenientes de producción local.


Los panes artesanales, fermentados naturalmente y de origen étnico, como el pan de masa madre, se han posicionado como una oferta premium que atrae a consumidores dispuestos a pagar más por calidad.


A pesar de las oportunidades, nuestro sector enfrenta desafíos significativos como el aumento de costos, ya que el precio de la harina -que representa cerca del 30% del costo total de producción- ha sufrido alzas, afectando a pequeñas y medianas panaderías, cuestión que no ha incrementado el valor del pan en los últimos años. Los panaderos hemos asumido ese gasto en beneficio de los clientes.


Las grandes cadenas de retail y supermercados han acaparado una porción importante del mercado, con la industria demandando panaderos con formación técnica y habilidades en procesos innovadores.


Para 2025, el segmento podría crecer en torno a un 4%, impulsado precisamente por la innovación en productos y la mayor demanda de opciones premium y saludables. Además, tendremos la oportunidad de capitalizar el auge del comercio electrónico y la incorporación de tecnología en procesos productivos.


En palabras de Marcelo Gálvez, presidente de Fechipan: “El sector panadero chileno tiene una tradición única que debemos cuidar y proyectar hacia el futuro. La innovación y la sostenibilidad serán claves para afrontar los desafíos de este año, sin perder la esencia que nos caracteriza”.


Con estas perspectivas, nuestro rubro continuará siendo un motor económico relevante, adaptándose a las demandas del consumidor moderno sin perder su identidad tradicional.



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