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Gestión empresarial Por Verónica Ortega Psicóloga y directora Ralún Coaching



Antes de la sorpresiva pandemia de Covid-19, en la panadería diseñábamos los espacios de trabajo, los horarios, las máquinas. Se seguían los procesos y eso era todo. Pero este inesperado fenómeno mostró que las personas y su comportamiento no son algo que pueda darse por obvio y que, por tanto, los esquemas productivos se pueden repensar. 


Las personas pasaron a estar en el centro de la conversación y las empresas están entendiendo que es necesario diseñar la experiencia de los colaboradores. Y es que los largos meses de encierro llevaron a la gente a replantearse su percepción del trabajo y el rol que éste ocupa en sus vidas. 


En este contexto, el equilibrio entre lo personal y lo laboral, el disfrute del tiempo de trabajo, el desarrollo profesional y los beneficios, entre otros intangibles, comenzaron a ganar terreno como factores de atracción de talentos y fidelización, más allá de la compensación monetaria. 


Los trabajadores son los principales embajadores de una compañía. Por ello, es importante cuidarlos y proporcionarles un buen ambiente laboral. Hoy, el desafío para muchas industrias es saber organizar, gestionar y evaluar programas de salud y bienestar a fin de mostrar claramente los beneficios directos que estos pueden aportar.

Todos los estudios coinciden en que existe una relación entre costos para la empresa y el estrés en el trabajo. La Unión Europea tiene cuarenta indicadores de costo asociados a trastornos mentales laborales, entre ellos, días no trabajados, baja en las ventas por desmotivación, costos por recambio o reemplazo, por tasa de seguro, por sobrecarga al personal y un largo etc.


El futuro de la panadería requiere concretar una transformación e instaurar una cultura basada en la gestión empresarial, de manera que nos oriente bajo principios y valores vitales en el plano económico, social y medioambiental. En lo económico, porque permitirá optimizar los recursos en cada una de las áreas del negocio. En lo social, porque logrará un clima de bienestar para los trabajadores y administrativos que contribuirá al aumento de la productividad. En lo medioambiental, porque debemos avanzar en ser amigables con el entorno y certificar, por ejemplo, a través de APL’s, un sello distintivo para la actividad.    


Algunas claves sobre cómo podemos enfrentar este desafío de la manera más efectiva, pasan por mejorar el proceso de selección del personal y desarrollo del talento dentro de la empresa, crear un ambiente laboral sano, mantener capacitados a los trabajadores, generar planes de carrera e incluir incentivos no materiales.

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