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Reducción a 40 Horas: desafío para la productividad y la organización empresarial









Por José Miguel Cerda,

Abogado de Indupan




El avance hacia la reducción de la jornada laboral en Chile, impulsada por la Ley 21.561, representa un cambio significativo en la estructura del trabajo y la productividad empresarial.


Desde el 1 de abril de 2025, las empresas deben implementar la disminución progresiva de horas, pasando de 45 a 40 semanales en un plazo de tres años, un ajuste alineado con tendencias internacionales y demandas por mayor calidad de vida laboral que plantea desafíos operacionales que requieren planificación estratégica y flexibilidad en su ejecución.


Desde un punto de vista técnico, la reducción de jornada exige una revisión de los esquemas productivos, especialmente en sectores donde la continuidad operativa es clave, como la panadería y la pastelería. La sugerencia de implementar un sistema de disminución progresiva por parte de los empleadores es acertada, ya que evita impactos abruptos en la producción y permite la adaptación escalonada de los equipos de trabajo.


Uno de los principales puntos de la normativa es la idea de alcanzar acuerdos entre empleadores y trabajadores para definir la reducción horaria. La Dirección del Trabajo (DT) enfatiza en la negociación entre las partes, buscando un balance entre operatividad y mejora de condiciones laborales. De no existir acuerdo, existen fórmulas de ajuste, como rebajar una hora completa en jornadas de cinco días semanales, 50 minutos en un día o 10 minutos para jornadas de seis días, como ocurre en muchas panaderías.


La aplicación práctica afronta varios retos. Por ejemplo, evitar una sobrecarga de trabajo en menos horas, lo que podría generar un efecto contrario al esperado, afectando tanto la productividad como el bienestar de los trabajadores. La planificación cuidadosa de turnos, optimización de procesos e incorporación de tecnología son estrategias para mitigar estos riesgos.


Asimismo, la normativa establece prohibiciones claras, como el aumento del tiempo de colación o la subdivisión de la reducción en minutos diarios, medidas que pretenden evitar prácticas que desvirtúen el espíritu de la ley. La recomendación es a documentar cualquier cambio mediante anexos contractuales, resguardando claridad y transparencia en la relación laboral.


La experiencia internacional muestra que una reducción efectiva de la jornada puede derivar en una mayor eficiencia si es bien gestionada. Países como Alemania y Suecia implementan esquemas similares con éxito.


La transición hacia una jornada de 40 horas es un hito en la regulación laboral chilena que necesita un enfoque técnico y estratégico. Si bien es un desafío, también es una oportunidad para modernizar la empresa, mejorar el empleo y fortalecer el bienestar de los trabajadores.

 
 
 

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PANARTE © 2021
Revista de panadería y pastelería
en Chile por INDUPAN

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