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La directora metropolitana de Sence, Verónica Garrido, es asistente social de la Universidad de La Frontera, magíster en administración de empresas y máster en dirección de personas y organizaciones de la Universidad Austral de Chile.

Anteriormente se había desempeñado en la Región de la Araucanía como directora del Sernam (2012-2013) y directora regional de Sence (2013-2014). Hasta su nombramiento en la Dirección Regional Metropolitana en julio de 2019, fue asesora de la Dirección Nacional de Sence, desde que se inició la actual administración en marzo del 2018.

Su rol en el Sence metropolitano, como el de todas las oficinas regionales del servicio, es ejecutar la política pública de los programas de capacitación y de empleo. En ambos casos, la Región Metropolitana ejecuta sobre el 60% de la oferta disponible en los distintos programas destinados a los diferentes grupos de la población. Desde los de mayor vulnerabilidad, como son los programas de formación de oficios, hasta los recursos utilizados por las empresas con cargo a la franquicia tributaria.

Hace algunas semanas, realizó una charla online para socios de Indupan, donde explicó la forma en que operan las diversas modalidades de subsidios al empleo y respondió algunas dudas sobre ese proceso. Luego de esto, revista PanArte conversó con ella para profundizar algunos conceptos.

¿Cuáles fueron las metas que se puso o impusieron en el cargo?

Me ha correspondido liderar la regional más grande del Sence y el desafío desde el inicio es ejecutar de forma eficiente y eficaz, un trabajo en equipo y con la mayor transparencia posible, logrando que los distintos actores que están en nuestro ecosistema de capacitación y empleo se sientan a gusto, gratos, siempre con una perspectiva de inclusión a la diversidad y, sobre todo, al enfoque de género, pues las mujeres son las que van quedando más atrasadas en materia de empleabilidad.

¿Qué desafíos le implicó el estallido social?

Bueno, como todos los chilenos, nos vimos impactados en lo más profundo en términos de entender que la rabia expresada se relaciona también con la injusticia social y en ese sentido nosotros hemos reaccionado rápidamente para poner en valor la oferta que tenemos para cada chileno, en cualquier lugar de la región y en el país.

Nuestra oferta es bastante amplia y no discrimina. Cualquier chileno o chilena puede participar de los programas. En ese sentido, el Sence puede estar tranquilo. Sin embargo, el nivel educacional, la formación, el desamparo que tiene alguien que está sin empleo, que no tiene oportunidades, es un desafío para nosotros y esto aumentó mucho más. Ello se ha traducido en que logramos digitalizar todos los procesos, evitando que las personas puedan sufrir demoras en lo que solicitan a nuestro servicio.

¿Qué tareas extra le implicó la pandemia?

Las tareas que la pandemia ha impuesto, nos encontraron bien preparados, probablemente mejor que otros servicios. Esto, porque desde el 2018 veníamos con el objetivo de digitalizar todas las áreas del servicio. Lo que ha hecho la pandemia es acelerar esos procesos, no exento de problemas, claro está, porque naturalmente no es lo mismo tener cursos presenciales que cursos online en toda su oferta, pero hemos ido salvando uno a uno esos pasos, evitando que las personas tengan que exponerse mayormente.

Respecto a nuevos cursos de capacitación en línea, hemos lanzado ofertas pertinentes para el área de la cultura y el turismo (entre otros), para los que quieren mejorar su empleabilidad. Suscribimos alianzas muy importantes con organismos internacionales que se dedican a la formación para el trabajo. Además hemos entregado una oferta muy variada de cursos, especialmente los que tienen que ver con la digitalización de los procesos para emprendedores, como por ejemplo los de e-commerce y de inglés.

Respecto al subsidio al empleo, ¿cuál ha sido su rol?

Desde el inicio de la política pública, me tocó participar en discutir los parámetros que íbamos a incorporar a los subsidios y. especialmente, la variable de enfoque de género. En mi caso particular y fundamentalmente hoy en día, mi principal tarea es la difusión del servicio y dar a conocer el nuevo subsidio al empleo para los distintos actores, a fin de que más personas se sumen a la reactivación económica. Todos sabemos que cuando la tasa de empleo tienda a la normalidad, la reactivación ya será un hecho. Teniendo eso en la mira, mi rol hoy es la difusión y la orientación a los distintos actores, especialmente a las empresas de cualquier tamaño.

¿Cómo evalúa el uso de mismo?

Esta política pública llamada subsidio al empleo, está pensada para la recuperación de entre un millón a un millón trescientos mil puestos de trabajo, sobre todo de aquellos que fueron congelados a través de la Ley de Protección al Empleo y también para las empresas que pueden crear nuevos. Desde el principio hemos ido cumpliendo las expectativas y a la fecha llevamos más o menos 260 mil personas contratadas y si seguimos con esa tendencia, en los próximos 4 meses debiéramos ir completando o alcanzado la meta propuesta. Esto tiene mucho que ver con el periodo estival y también con cómo evoluciona la pandemia en las distintas ciudades, especialmente en la Región Metropolitana.

¿Cuáles han sido los principales errores al solicitarlo?

Muchas personas naturales que escuchan del subsidio, postulan como trabajadores y por lo tanto salen rechazados al no cumplir con los requisitos de ser persona jurídica que tributa en primera categoría. Lo segundo es que todavía muchas empresas no informan bien los datos, por ejemplo, el mail y entonces no reciben la información de respuesta sobre si han sido aceptados o rechazados. Otro error es que, sobre todo en el caso de las rentas variables, se informan rentas superiores a los tres ingresos mínimos, no siendo así en la práctica. También pasa que se postula a trabajadores que no califican, como por ejemplo alguien que estaba contratado y fue despedido y lo vuelven a contratar, etc. Los errores igualmente han existido por nuestra parte, en registrar mal algunos datos y pagar erróneamente, en pocos casos, pero eso también ha existido.

¿Quiénes han solicitado más estos beneficios?

El mayor número han sido las microempresas y las pequeñas. En términos de cantidad de empresas así es y las empresas grandes son menos, pero ellas tienen un mayor número de trabajadores.

¿Cuánto dura el subsidio? ¿Se podrían ampliar los plazos si tenemos una segunda oleada de contagios?

El subsidio dura 6 meses desde el 28 de septiembre hasta el 31 de marzo 2021, inclusive. Se podría ampliar si existe por orden de la autoridad una congelación de la actividad económica, producto de la pandemia, que nos lleve nuevamente a estar en cuarentena, lo cual limitaría el normal funcionamiento de las empresas para trabajar.

¿Cree que se podrán hacer ajustes en el futuro para aumentar su cobertura?

Como toda política pública que tiene un diseño y un monto de recursos destinados y debe ser evaluada. El Ministerio de Hacienda incluso estaba dispuesto a colocar más recursos, pero esto va a depender mucho de la demanda de postulaciones y por supuesto, esperamos que algunos de esos aspectos puedan ser aumentados o mejorados, como el número de meses o el monto, pero eso está por verse. Todavía nos encontramos en el desarrollo de la primera etapa de esta política pública tal como ha sido propuesta por el Gobierno y aprobada por el Congreso, y una vez que se haya aplicado su régimen total, será el tiempo de evaluarla.

Tenemos muchos trabajadores con contratos antiguos, sin seguro de cesantía y que, por lo tanto, no pudieron suscribir pactos de suspensión laboral. ¿Se podrá hacer algo para que puedan acceder al subsidio de empleo?

El subsidio al empleo es una nueva medida de recuperación enfocada en incentivar el regreso de los trabajadores y trabajadoras suspendidos bajo la Ley de Protección del Empleo y en promover la contratación de nuevas personas.

¿Los jubilados que trabajan pueden acceder al subsidio al empleo?

Sí, con ellos no hay problema o restricciones.

¿Qué otras estrategias cree que serían buenas para recuperar el empleo, pensando en un segundo brote?

Bueno, aquí la pregunta va más allá de lo que hoy en día estamos ofreciendo o ejecutando respecto al subsidio al empleo y es ocupar todas las herramientas disponibles del Estado en nuestro servicio. Tenemos subsidios para adultos mayores, para jóvenes y mujeres. Además, programas de capacitación que permiten a las personas aumentar sus habilidades, sus competencias para pasar de un trabajo a otro o mejorar en el actual. Contamos con un área en emprendimiento, que es importante destacar porque muchas personas que han perdido el empleo se han volcado postulando a las ofertas que ofrecen organismos como el Fosis y Sercotec, que permiten abrir un negocio, como por ejemplo el de panadería con entrega a domicilio.

Pero ciertamente en Sence tenemos varios instrumentos para apoyar a los trabajadores y a las empresas.

¿Ve con preocupación los meses que vienen?

Como les pasa a todos. En el mundo hay mucha incertidumbre, porque no sabemos exactamente el efecto que tendrán las vacunas y el tiempo que éstas demorarán en aplicarse e inmunizar a toda la población. Sin embargo, las personas están ansiosas de consumir productos y servicios y se han creado nuevas formas de proveerlos. Las personas han aprendido mucho más de las necesidades vitales en estos tiempos y, por lo tanto, yo estimo con mesurado optimismo que en los próximos meses, aunque lento, la recuperación va a comenzar.

¿Cómo pueden contribuir los industriales panaderos y pasteleros a recuperar los empleos?

A mi juicio, creo que la responsabilidad que tienen todos los empresarios pequeños, medianos o grandes, es aportar y hacer ese esfuerzo por contratar a una persona que va sumando, que ayuda a la gestión del empresario; en este caso, al panadero, al pastelero. Esa persona que aprende, que suma valor a la cadena y que luego se quedara probablemente en la industria, mejorándola en su conjunto.

También creemos que es bueno utilizar un programa como el Aprendices de Sence, para ayudar a formar a jóvenes para que ingresen al mundo laboral, porque un joven que no trabaja ni estudia, probablemente está en mayor riesgo social y todos sabemos lo que eso significa. Así que la contribución que podemos hacer todos y desde el rubro de ustedes, es atreverse a contratar, aunque sea a una persona por este periodo en que hemos impulsado el subsidio al empleo.

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