Capacitación: ingrediente clave para el éxito de la panadería chilena

Por Veronica Ortega 

Psicóloga organizacional, y directora general  de PANOVISIÓN coaching

Hablar de panaderías es hablar de esfuerzo, de madrugones infinitos y del aroma del pan recién horneado que despierta a nuestros barrios. Es tradición y un oficio transmitido de generación en generación, que forma parte de la identidad de Chile.

Pero también es reconocer que nuestro sector enfrenta desafíos complejos: la falta de mano de obra calificada, el desinterés de las nuevas generaciones por el trabajo y la necesidad de adaptarnos a un mercado cada vez más competitivo y exigente.

A ello se suma una realidad silenciosa pero crítica: el profundo desgaste emocional que padecen muchos supervisores que, a pesar de tener un desempeño profesional comprometido y alineado a las normativas y objetivos de modernización de la empresa, se ven constantemente estancados. No por falta de voluntad o capacidad, sino porque las jefaturas carecen de habilidades técnicas y humanas para liderar estos procesos de cambio.

Cuando no existe una conducción adecuada desde los niveles superiores, los esfuerzos de quienes sí están comprometidos con la excelencia se diluyen. Se enfrentan a la frustración de ver que sus propuestas no prosperan, que los equipos no avanzan, y que el compromiso que intentan sembrar no encuentra respaldo real desde la dirección.

Este desgaste progresivo y muchas veces invisibilizado, no solo mina la motivación de estos profesionales, sino que también pone en riesgo su salud mental, sentido de propósito y permanencia en el rubro. Se pierde talento valioso por falta de liderazgo visionario. La formación técnica y capacitación continua son hoy más que una opción: son el motor que puede devolverle al rubro la fuerza que lo ha caracterizado siempre.

Invertir en nuestros colaboradores -y también en quienes los lideran- no solo significa elevar la calidad del pan que ofrecemos, sino también fortalecer los negocios, innovar en procesos y dignificar la labor de quienes se levantan cada día a trabajar la masa con sus manos.

Contamos con herramientas concretas, como la Franquicia Tributaria SENCE, un incentivo que permite financiar la capacitación descontando hasta un 1 % de la planilla anual del impuesto a la renta. Este beneficio puede ser el punto de partida para construir equipos más sólidos, liderazgos más conscientes y negocios más competitivos.

El oficio panadero no es solo un trabajo: es cultura, comunidad, orgullo. El futuro de nuestras panaderías dependerá de cuán preparados estemos para afrontarlo, y eso comienza capacitando a las personas que son el corazón de este rubro.