Columna ¿QUE PAN COMER?
Por Romina de la Fuente
Nutricionista de Nutrideportiva
Todos sabemos que Chile es uno de los países con mayor ingesta de pan en el mundo. Pero existen diversos tipos de panes. Entonces, la pregunta es ¿cuál debo elegir?, ¿cuál es el mejor?
Como nutricionista siempre voy a recomendar principalmente el consumo de pan integral. No obstante, y considerando que la población nacional aún compra mucho pan corriente como hallullas, marraquetas, dobladitas, etc., podemos hacer una selección del que más conviene consumir.
En ese sentido, la marraqueta lleva la delantera en cuanto a calidad si hacemos una comparación con los panes corrientes mencionados anteriormente, debido a que no contiene materia grasa como los demás.
Es importante destacar que en nuestro país existe una alta prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes tipo 2, la cual se encuentra directamente relacionada con el consumo excesivo de carbohidratos (generalmente de baja calidad) y con el sedentarismo, entre otros factores.
El mensaje para los chilenos no es eliminar el pan de su dieta, si no que reducir la cantidad y mejorar la calidad. En el caso de las personas que ya están viviendo una enfermedad como la diabetes, la idea es que comiencen por seleccionar alimentos integrales de alta calidad (harina de trigo de grano entero como primer ingrediente) para mantener las glicemias (azúcar en sangre) estables y controladas.
En tanto, para aquellas que se encuentran activas durante el día, que hacen ejercicio y que se alimentan equilibradamente (lo cual no quiere decir matarse de hambre ni eliminar alimentos), podríamos perfectamente recomendar la marraqueta, que se complementa bien con un estilo de vida saludable.
A su vez, hay que entender que existe un contexto detrás de cada persona que se debe evaluar por parte de los nutricionistas. No debemos sólo fijarnos en ser súper estrictos alimentariamente, también hay que saber de los gustos que cada uno tiene, sus tradiciones culturales, vida social, etc.
Por ejemplo, cómo voy a quitarle el pan a un individuo si yo sé que le encanta. Sería una mala profesional. Un buen nutricionista jamás hará que el paciente se adapte a su dieta, si no que buscará la forma de que ella se adapte a la persona, indicando de forma correcta las porciones a consumir, en función de la entrevista previa que se tenga.
Otro punto importante es lo que se le agrega al pan, ya que muchas veces se le adiciona sólo margarina o cecinas de mala calidad. Esto genera la necesidad de seguir comiendo, porque no se prepara algo saciante. Si en cambio le agregamos huevos, jurel o atún, palta, pollo, carne de soya que es barata y cualquier verdura como tomate, cebolla, champiñones u hojas verdes, vamos a estar consumiendo un pan súper nutritivo y que, además, nos permitirá comer menos (pero con un mayor volumen), junto con aportarnos proteínas, fibras y micronutrientes que muchas veces están en déficit.
En síntesis, el llamado es a reducir la cantidad de pan si es que lo está ingiriendo en exceso y a mejorar la calidad del que lleva a su hogar, NO A ELIMINARLO.
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