DANIELA ZUÑIGA en el Pan que compartimos
Oriunda de la Región de O’Higgins, fue recientemente reconocida como la mejor maestra pizzera en la cate goría más emblemática y reglamen tada: Pizza Napolitana S.T.G. Es la primera mujer y representante de Sud américa que sube a este prestigioso podio. Le encanta el pan y a menu do espera que se enfríe el horno para preparar sus propias focaccias, ba guettes o amasados.

El pasado 19 de junio una chilena llenó de orgullo nuestros corazones al convertirse en la mejor pizzera del mundo. Se trata de Daniela Zúñiga, joven de apenas 35 años que ganó el “Campionato Mondiale del Pizzaiolo Trofeo Caputo” en su versión 21, prestigioso evento que se lleva a cabo en la ciudad italiana de Nápoles y donde compiten cientos de participantes de 35 países. Quien comenzó cocinando para reuniones con familiares y amigos, hoy es reconocida mundial mente como maestra pizzera en la categoría más emblemática y reglamentada: Pizza Napolitana S.T.G (Especialidad Tradicional Garantiza da, en español). En la competencia hay 6 jurados italianos de re nombre que evalúan sabor, técnica y presentación, junto con velar porque se cumplan varios parámetros para que la pizza sea la adecuada según la categoría en la que participa. Luego de un largo proceso de preparación y evaluación, Daniela se convirtió en la primera mujer sudamericana en estar en el podio. Conversamos con ella mientras se encontraba en una localidad cercana a Toronto (Canadá), donde estuvo 3 meses dando clases al personal de 4 pizzerías nuevas de la ciudad. El objetivo fue enseñar todos los secretos de la elaboración de la pizza napolitana, como, por ejemplo, abrir la masa o el uso adecuado del horno. Estaba con mucho anhelo de regresar a Chile para celebrar con sus seres queridos y volver a su pizzería “Massa Mia”, ubicada en Lo Miranda (Región de O’Higgins). No obstante, debió viajar a Norteamérica directamente desde Italia, ya que era un compromiso que tenía antes de su participación en el concurso. Con orgullo y humildad recuerda sus inicios en este arte culinario. Su historia comienza duran te un viaje que hizo a Buzios, ciudad brasileña donde hay muchos restaurantes italianos debido a la alta inmigración desde aquel país. Ahí se encontró por primera vez con la pizza napolitana y no la pudo olvidar. “Aluciné”, comenta y agrega que comenzó a averiguar sobre esta técnica especial. Veía videos, documentales e incluso se atrevía a escribirle a destacados chefs internacionales sobre cómo mejorar su preparación. Perfeccionó su técnica a través de una masterclass con el pizzaiolo italiano Daniele Gagliotta, quien viaja por el mundo enseñando el arte de la pizza napolitana.
..“Quisiera seguir aprendiendo y mostrando mi trabajo por Chile y el mundo. Quiero que sepan que en nuestro país hay buenos emprendedores, buen producto y talento”...
La pandemia fue clave para esta ingeniera agrícola, quien durante ese periodo tuvo bas tante tiempo libre para dedicarse a cocinar. Fue así como comenzó a vender desde Face book y la voz fue corriendo. Cuando tuvo que volver al trabajo presencial, se dio cuenta de que no podía dejar la cocina sólo para los fi nes de semana y renunció a la empresa. En octubre del 2021 decidieron con su novio ven der pizza en el jardín de su casa y el resultado fue muy positivo. El lugar se hizo pequeño y después de unos meses se establecieron de manera definitiva en un espacio que había funcionado como centro de eventos y que, desde 2022, es donde se encuentra ubicado su negocio. Un hito importante fue la adquisición de un horno napolitano, el que está hecho con piedras especiales para mantener una tem peratura constante sobre los 400 grados y no perder calor. Fue una inversión grande, que el año pasado logró concretar al recibir un mo delo italiano fabricado en Chile, donde puede hornear 4 pizzas al mismo tiempo. Pero ¿cómo llegó este amor por la pizza y la co cina a Daniela? Nos dice que su familia es de campo, donde todas las mujeres son cocineras. “A los 8 años ya cocinaba. Hoy tomo cursos de lo que sea. Busco quién es el mejor en algo y lo tomo”, dice con pasión. Con este mismo entu siasmo nos confiesa que pronto empezará lec ciones de gelatto italiano, ya que quiere hacer los en su restaurante. A propósito de pasión, indica que tiene un ca riño especial por el pan: “Me encanta” y seña la que constantemente prepara muchos tipos de panes para consumo personal. “Termina mi turno y cuando baja la temperatura del horno, aprovecho y hago panes como focaccia, ba guette o amasado”. “En Canadá no venden pan fresco, por eso a veces cocino tortillas, salgo a caminar y me preguntan con mucha curiosidad qué es. Nada mejor que un pan calientito con mantequilla. Es algo que haré cuando regrese a Chile, sin duda”, puntualiza. En lo que es su negocio de pizzería, se preocu pa mucho de cuidar cada detalle. Por ejem plo, no ocupa tomate nacional, ya que nuestro suelo es muy ácido; en cambio en Nápoles la plantación está al lado de un volcán y por eso los tomates son dulces, carnosos y aromáticos. La charcutería de su pizza también es italiana, mientras que los vegetales son locales, algunos de su propio huerto y otros de productores lo cales. Antes de recibir el reconocimiento como la mejor pizzera del mundo llegaba buena cantidad de personas a su establecimiento, pero ahora lo visitan mucho más. Todo un logro, consideran do que no tiene un letrero que lo anuncie. Gracias a este éxito, trabajan constantemente unas 7 a 8 personas de la zona durante la semana, mientras que los fines de semana puede haber unas 12 y, en fechas especiales, pueden ser 16. Pensando en el futuro, quisiera levantar el Movimiento de Pizzeros Napolitanos en Chile e incentivar a emprendedores a creer en su proyecto, mostrándoles que no necesitan un gran capital para hacer crecer su negocio. También vislumbra instalar una o más pizzerías adiciona les, buscando ser un aporte para la gastronomía nacional. “Quisiera seguir aprendiendo y mostrando mi trabajo por Chile y el mundo. Quiero que sepan que en nuestro país hay buenos emprendedores, buen producto y talento”, reflexiona.
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