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De Chile a Brasil con las empanadas “mais ricas do mondo”


Daniel y Kathy cambiaron la vida agitada por la calma de Búzios, donde crearon un emprendimiento. Con marraquetas, dobladitas y empanadas de pino hechas a mano, han conquistado tanto a compatriotas nostálgicos como a locales curiosos.
Daniel y Kathy cambiaron la vida agitada por la calma de Búzios, donde crearon un emprendimiento. Con marraquetas, dobladitas y empanadas de pino hechas a mano, han conquistado tanto a compatriotas nostálgicos como a locales curiosos.

En una península bañada por el Atlántico, conocida por su belleza natural y su ambiente relajado, un pedacito de Chile ha encontrado su lugar. “Pão de Búzios”, un emprendimiento nacido de la mano de la pareja chilena Katherine Espinoza y Daniel Caneo, se ha convertido en un referente de sabor y tradición para compatriotas y brasileños por igual, llevando la marraqueta, las dobladitas y la empanada de pino a un nuevo público.


Lo que comenzó como una búsqueda personal por una vida más simple y auténtica, terminó transformándose en un proyecto con propósito. “Todo empezó en casa, probando recetas, con ingredientes reales y mucho amor por el proceso. El punto de inflexión llegó cuando compramos unas máquinas. Ahí entendimos que había una oportunidad real de compartir lo que hacíamos”, cuentan.



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Daniel y Kathy no vienen del mundo del pan, pero sí de la pasión por lo artesanal y el deseo de vivir de manera más conectada con la tierra y la comunidad. La propuesta de llevar pan y empanadas chilenas a Búzios fue natural: “La comida conecta culturas, cuenta historias y hace sentir en casa. El pan es lo cotidiano, lo esencial; y las empanadas son tradición, familia y encuentro”, dicen.


La esencia de Pão de Búzios está en el equilibrio entre el espíritu relajado del balneario y el calor de las recetas tradicionales. “No es solo vender pan o empanadas, es compartir una experiencia hecha con amor y respeto por los ingredientes”, enfatizan.


Público fiel: buena recepción

Abrir un negocio en Brasil no ha estado exento de retos. El proyecto funciona actualmente de forma online, lo que les ha permitido adaptarse al mercado antes de dar el salto a una panadería física. “Cada región tiene sus costumbres, sus horarios y sus sabores preferidos. Hay que observar y adaptarse”, explican.


La logística también presenta dificultades. Búzios, al no ser una gran ciudad, limita el acceso a insumos, obligando en ocasiones a viajar a Cabo Frío para conseguir materias primas específicas. “Por eso empezamos online, para conocer el ritmo del lugar antes de instalarnos físicamente”, dicen.



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La acogida de productos como la empanada de pino ha sido entusiasta. “Les resulta familiar por sus ingredientes, pero con un toque especial. Y nuestra masa, crujiente por fuera y suave por dentro, los conquista”, aseguran. La marraqueta, más ajena al paladar brasileño, avanza lentamente en su aceptación, pero despierta curiosidad.


Su carta incluye panes como pan amasado, dobladitas, hallullas, ciabatta, pan frica, pan de completo, pan de huevo y, ocasionalmente, marraqueta. Entre ellos, la dobladita es la estrella. En empanadas, reinan la de pino, queso, napolitana y capresse.


Si bien la mayor parte de su clientela son chilenos residentes en Brasil, han hecho adaptaciones sutiles para atraer a un público más amplio, moderando condimentos como comino y ají de color, e incorporando opciones más cercanas al gusto local. Incluso planean explorar rellenos con ingredientes brasileños como catupiry o calabresa.


El impulso de las redes sociales

Sin un local físico, Instagram y Facebook han sido su vitrina y principal canal de comunicación. Allí muestran sus productos, el proceso de elaboración y reciben pedidos.


“Muchos nos encuentran por fotos de completos o empanadas que alguien comparte. Esa difusión orgánica ha sido clave”, comentan.


Entre sus clientes también hay chilenos de paso por Búzios, que se emocionan al probar sabores que les recuerdan a su infancia. “Nos dicen que es igual que en Chile, que les sabe a hogar. Eso para nosotros vale todo”, confiesan.


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Mantener vivas las tradiciones chilenas es, para ellos, un orgullo y una responsabilidad. “El pan chileno no es solo comida, es parte de la identidad. Compartirlo en Brasil es ofrecer un pedazo de nuestra casa”, destacan.


Cocinar para no olvidar

La nostalgia por Chile la mitigan recreando con fidelidad las recetas y compartiéndolas con otros a través de sus redes sociales y conocidos. Comentan que, “Al preparar y ofrecer estos productos, recreamos momentos de cercanía y calidez que extrañamos. Y ver que personas de otras culturas los valoran es muy motivador”.


Consultados sobre el real sentido a su trabajo y lo que quieren que la gente sienta al probar sus productos, sus recuerdos se remontan a los inicios y son claros en señalar que, “Queremos que experimenten hogar, tradición y cariño. Que cada bocado sea una experiencia cálida y memorable, y que la gente siempre quieran volver”.


“Pão de Búzios” es mucho más que un emprendimiento gastronómico: es un puente entre dos culturas, un espacio donde el pan y la empanada son embajadores de Chile en tierras brasileñas.

 
 
 

1 comentario


El pan de los chicos es maravilloso y de verdad que hace total diferencia en preparaciones como los sandwiches y los completos ya que el pan brasileño que usan para las hamburguesas o los cachorros quentes es a base de harina y papa , con mucha azucar que lo hace dulce al paladar de los chilenos. El pan que Kathy y Daniel hacen , deja esas preparaciones con el sabor tipico de chile para quienes vivimos años en brasil , eso es impagable.

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