El rincón chileno en Londres que emocionó a Pedro Pascal; Harrison’s Coffee
- Giselle Palominos
- 8 ago
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Una insólita escena marcó un antes y un después para los dueños de Harrison’s Coffee, pequeño café del barrio de Paddington, en el oeste de Londres. En 2023, los santiaguinos Pedro Harrison y Susana Mundaca veían como el mismísimo Pedro Pascal -el chileno protagonista de decenas películas y estrella mundial del momento- mordió una empanada de pino de su tienda frente a las cámaras del programa “Snack Wars”, emitido y viralizado a través de Youtube.
Luego de probar el producto, el actor cerró los ojos y dijo: “Estas son buenas. ¿Dónde las consiguieron?”. Segundos después, abrazó la caja con ambos brazos y bromeó: “Me llevo esto, que el siguiente lo dejen en mi habitación”.
Pascal no lo sabía, pero la naturalidad de su gesto hizo célebre a este restaurante de sabor nacional que, desde 2017, ha hecho de la autenticidad su bandera. Harrison’s es el proyecto de vida de esta pareja que dejó atrás su carrera de Derecho para apostarlo todo por una cocina con raíz.
Ambos recorrieron España, aprendieron de la hostelería en Newbury y terminaron instalándose en la capital inglesa, con una idea simple pero audaz: mostrar Chile sin fusión, maquillaje ni concesiones. Y ese “Chilean way” inició con el pan, porque en este local la marraqueta no es un detalle decorativo ni un guiño nostálgico: es el alimento de todos los días.
Lo hornean allí mismo, con esa textura crujiente y la miga aireada que nuestros compatriotas saben reconocer incluso con los ojos cerrados. La sirven con palta, con huevos en paila, con pebre o como base de completos italianos que no piden permiso para ser lo que son. Ni siquiera en Inglaterra.

Pero fue la empanada -esa pieza dorada de masa rellena con carne, cebolla, pasas, aceituna y huevo- la que acabó por hacer historia. “Nunca supimos que era para Pedro Pascal”, cuenta Susana. “Solo nos encargaron comida para una grabación. Lo hicimos como siempre: a mano, con cariño, sin saber quién la iba a probar”. El resto es historia viral.
El impacto fue inmediato. Filas en la puerta, clientes pidiendo “la empanada de Pedro Pascal” y mensajes desde Chile, Australia y Canadá. “No tenemos los medios para viajar, pero gracias por representarnos”, le escribió una familia desde La Serena. El orgullo nacional se horneaba, literalmente, en su cocina.
Bendecidos por una estrella
Harrison’s Coffee es más que un lugar donde se sirve comida chilena, es una especie de embajada emocional. Allí confluyen nietos de inmigrantes que nunca han pisado nuestra tierra, británicos que aprendieron a pedir “una de pino, por favor” con acento, y viajeros curiosos que descubren un país entero en una empanada.
Uno de sus clientes más fieles es un inglés de más de 90 años que cada semana se sienta a comer como si volviera a su juventud. Un día mostró una vieja foto en sepia: él, con 20 años, recorriendo Chile en un auto prestado. “La empanada le supo a recuerdo”, señala con emoción Pedro Harrison.

Y aunque el mundo los descubrió gracias a un clip de YouTube, lo cierto es que su éxito se forjó mucho antes, con madrugadas en la cocina y tardes escuchando historias de los comensales. En este negocio hay espacio para los bordados de los vecinos, para los vinos del Maule, para los cuadros de artistas emergentes y también para el silencio de quienes entran con nostalgia.
Ahora, con una panadería recién inaugurada y el sueño de llevar sus productos a otros rincones de Londres, Harrison’s Coffee quiere seguir creciendo. “Nuestro mayor desafío ha sido mantenernos fieles a lo que somos”, dicen. En un mercado como este, la idea es continuar apostando por el cariño y la autenticidad de los sabores.
Y no están solos. Pedro Pascal, sin saberlo, hizo algo más que recomendar un bocado. Validó, con su paladar global y su raíz chilena intacta, que hay valor en emprender y no negociar la identidad. “Fue como una bendición. Es como el rey Midas, y nos tocó”, confiesan los dueños. Nada que hacer, así son las estrellas.

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