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EL TOLDO AZUL

La marca ya cuenta con 10 años y 3 sucursales para recibir a sus clientes, quienes disfrutan de su sello chileno y de su local de barrio. Día a día renueva la carta de sabores, algo que sorprende frecuentemente a quienes aman este tipo de productos.


La tradición nacional es la esencia en esta heladería. Cada uno de los sabores que se exponen en la vitrina tiene algo que ver con nuestros recuerdos de infancia o con experiencias vividas en el territorio.

El Toldo Azul nació de la idea de una chilena que pensó cómo utilizar un pequeño espacio que estaba disponible en Las Condes, haciendo algo que les gustara a sus hijas. La decisión no demoró en llegar y su nombre fue algo que nació como por instinto, simplemente porque les gustó.

Hoy son 10 años desde su apertura y las niñas ya son adolescentes, pero siguen participando activamente en la elección de los sabores. Quienes ahí trabajan, sienten que es una heladería de barrio al paso y que mantiene la idea original de su formación hace una década, cuando se instaló en calle Isidora Goyenechea.

Una característica interesante de este negocio es que sólo tienen 8 sabores fijos; entre ellos, los de agua o aquellos como vainilla y pistacho. El resto varía cada día e incluso durante la misma jornada. Todo se prepara de acuerdo con los ingredientes disponibles y las ideas que van surgiendo. Entre los más curiosos, podemos encontrar peras al vino tinto, rosas y membrillos, dulces de La Ligua o pie de limón.

De esta manera, la vitrina expone 26 sabores, los que -como ya está dicho- cambian frecuentemente; por lo mismo, no es fácil distinguir los favoritos de los clientes, ya que siempre está la posibilidad de que se sorprendan.

“Buscamos esos sabores de infancia hechos helados”, dice Caroline Godoy, fundadora de este sabroso y acogedor lugar, quien asegura que sus recetas están adaptadas al perfil chileno y a sabores de barrio. Destaca que ellos mismos generan las fórmulas de los productos, como por ejemplo los alfajores, y luego los transforman en helados.

Comenta que tienen 100 recetas y- quizás- el icónico es el Blanca Nueces, hecho de chocolate blanco con toque de toffee, praliné de nueces y caramelo salado. Agrega que siempre hay disponibles dos sabores sin azúcar; los otros son con leche, de agua, sin gluten o veganos, para quienes así lo deseen o necesiten.





Otro aspecto que los diferencia es que gran parte de los ingredientes que utilizan son de productores chilenos, por lo que cuentan con leche fresca, frutos rojos, pistachos y lúcuma de alta calidad para elaborar sus helados, galletas, waffles, brownies o queques, salsa de caramelo salado, la granola o las naranjitas con chocolate.

Parte fundamental del espíritu de El Toldo Azul es generar momentos felices y encuentros alrededor de un helado. No por casualidad en uno de sus muros hay una leyenda que dice: “¿Nos tomamos un helado?”, donde las personas frecuentemente hacen selfies con la familia, amigos o mascotas.

“Para nosotros es fundamental que nuestros clientes vivan una experiencia que, aunque sea en una visita corta, esté llena de muchas emociones, así como que al probar los helados recuerden un dulce que les hacía su mamá cuando niños. Asimismo, que lo pasen bien, que se sorprendan, que vuelvan y nos recomienden”.

Para Caroline, “la magia sucede tomando helado”, lo que se puede comprobar entre quienes llegan a alguno de sus locales a degustar distintos sabores y entre quienes están a cargo de atenderlos. Cuidan mucho la experiencia y cercanía con los clientes y si ellos tienen algún problema, les ayudan directamente.

Piensan todo el tiempo en distintos tipos de personas y momentos. Es así como siempre preparan productos en días especiales y es posible, por ejemplo, ver en Fiestas Patrias helado de terremoto o de borgoña; en Halloween un helado hecho de pumpkin pie y, en el Día del Niño, un helado con sabor a torta de cumpleaños.

También se pueden pedir los helados para retiro y quienes deseen recibirlos desde la comodidad del hogar o el trabajo, están disponibles en 3 aplicaciones (Justo, Rappi y Uber) con entrega en potes bien sellados, procurando que los productos lleguen en excelente estado.

Por lo anterior se han preocupado de contar con un mapa de despacho acotado y de enfocar la carta del delivery en situaciones como el postre para un asado, para una cena elegante, para un día de lluvia o incluso para un amigo que esté triste.

Actualmente, cuentan con 3 sucursales de atención a clientes y un punto de venta, donde trabajan alrededor de 50 personas en total. El último es el local de calle Luis Pasteur, que abrió en febrero de este año.

Dentro de sus deseos a corto plazo, no tienen como objetivo estar presentes en lugares masivos (como un mall), ya que no está dentro de lo que es su estilo, aunque no lo descartan a futuro si existe algún proyecto alineado a sus valores, que son mantener la cercanía propia del barrio.


Direcciones: Isidora Goyenechea 3200, Las Condes. / Tabancura 1530, Vitacura. / Clemente Fabres 910, Providencia.

Horario de atención: Lunes a domingo de 10:00 a 21:00 horas.

Instagram: @eltoldoazul

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