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La discusión sobre si el salario mínimo puede llegar a los $500 mil se originó luego que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) solicitara alcanzar ese monto, en el marco del inicio de las negociaciones para el reajuste del sueldo base, el cual es recibido por cerca de 700 mil personas.

En lo concreto, el organismo está pidiendo que el actual sueldo de $326.500 pase a $500 mil. Sin embargo, está la complicación de que el grueso de las empresas que pagan esta cifra en Chile son pequeñas y medianas (pymes), muchas de las cuales no han podido trabajar en forma regular o han tenido bajas sustantivas en sus ventas a raíz de las medidas de confinamiento.

Recordemos que en octubre de 2020, el salario mínimo tuvo el último reajuste. Éste fue de tan solo $6 mil. Ello debido a que se consideró que no era posible un alza mayor por la crisis económica y que la situación debería volver a ser evaluada en abril (o sea, en el mes recién pasado).

La pregunta que surge de inmediato es si ahora el país y las empresas están en condiciones de asumir un cambio de esta naturaleza. La respuesta inmediata es que “No” en el caso de las pequeñas y muchas medianas empresas.

Consultamos al presidente de nuestra asociación cuál es su opinión al respecto, y Juan

Mendiburu fue claro en asegurar que nuestro sector, así como las cafeterías, la gran mayoría de restaurantes, los jardines infantiles y gimnasios, entre otros, no podrían asumir este cambio.

“Recordemos que muchas de estas empresas han debido recurrir a las leyes de protección del empleo para mantener los puestos de trabajo y han solicitado subsidios para poder pagar sueldos. Entonces, está fuera de cualquier lógica plantear un incremento en el sueldo mínimo de este nivel. Entendemos que a muchas personas les cuesta cubrir sus gastos con el sueldo mínimo, pero tal incremento y en las actuales circunstancias, es imposible”.

Mencionó que en el caso de la industria panadera no se han paralizado labores, pero muchas están “administrando las pérdidas”, ya que se esfumaron muchos despachos institucionales, así como ventas en los locales asociados a zonas en que hay oficinas y los trabajadores se trasladan. También está el caso de las pastelerías, que perdieron sus ventas a empresas de catering, hoteles, eventos y fiestas familiares. Es decir, nuestro sector no está en condiciones de asumir esto”.

Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, afirma que “no hay economía que se sostenga si no hay alguien que pueda consumir. Eso significa plata en los bolsillos. Eso significa garantizarle ingresos a quienes son informales a través de la renta básica de emergencia y significa pagar salarios dignos si no queremos que la familia viva sólo del sobre endeudamiento".

Desde la otra vereda, Héctor Sandoval, presidente de Conapyme, recalcó que: "Estamos complicados pagando 300 mil líquidos; estamos complicados pagando las cotizaciones para que los trabajadores puedan correr a la AFC. Las pymes están en Dicom".

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