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Las sartenes de hierro fundido se utilizan desde hace más de dos mil años, aunque no siempre tuvieron el mismo aspecto que presentan hoy.


Uno de los utensilios más antiguos de la cocina son las sartenes. Estos instrumentos se usan desde hace más de dos milenios, pero han evolucionado a través del tiempo.


Con el descubrimiento del fuego apareció la cocina la cocción de la carne, además del desarrollo de los utensilios culinarios. Durante la Prehistoria, el hombre preparaba sus platos en la hoguera, utilizando para ello instrumentos y herramientas como cuencos de piedra, morteros y la mano de almirez con las que añadía sales y hierbas, según recoge Charles Panati en «Las cosas nuestras de cada día».


Más adelante, los primeros prototipos de sartenes se sostenían sobre las brasas con una cadena, aunque también había sartenes con la base de tres patas que servían de apoyo sobre el fuego de leña que se prendía en el suelo. Con la evolución de los modos de combustión también se desarrollaron cambios en la cocina, así como en las formas de preparar alimentos y en los utensilios ocupados.


Las primeras sartenes las desarrollaron los romanos, que encontraron en algunas piezas de bronce la solución a sus necesidades. Estas primeras muestras fueron halladas en Pompeya y Herculano. Sin embargo, la cocina tal cual es actualmente, debe su origen a los siglos XVI y XVII, cuando los muebles ya podían sostener encima ollas, sartenes y cacerolas. Estos primeros utensilios eran de piedra, tipo cuencos que servían para tomar agua, según apuntan en el blog especializado «La Cocina».


Hasta 1947 no llegaría el primer robot de cocina, inventado por el británico Kenneth Wood. En esa primera versión, la máquina contaba con un mecanismo exprimidor, rueda para amasar o molinillo.


Pero la primera sartén antiadherente no apareció en el mercado hasta los años 60. Y fue «Tefal», la empresa francesa quien introdujo en su catálogo una sartén que llegó para quedarse, revolucionando a su paso los utensilios de cocina que, desde entonces incorporarían el teflón en su composición. Roy Plunkett había descubierto casualmente este nuevo elemento en abril de 1938, pero no sería hasta dos décadas más tarde cuando empezaría a distribuirse.


Después de las primeras sartenes antiadherentes llegarían las placas vitrocerámicas, las de inducción... Los utensilios y los instrumentos evolucionarían conservando, eso sí, la misma forma que tenían con los hombres prehistóricos. Actualmente, el último hito en este ámbito lo han marcado las sartenes con recubrimiento a la piedra, debido a su capacidad antiadherente que permite cocinar sin necesidad de aceite. Además, se adaptan a todo tipo de cocinas (gas, vitrocerámica o inducción).


MÁS SOBRE SU HISTORIA

La sartén de la imagen que publicamos en esta nota es del siglo III d.C. y, según parece, la fabricó un soldado del ejército Romano en Gales. La peculiaridad de esta sartén es que su mango puede plegarse, haciéndola más fácil de guardar y de transportar.


La historia de la sartén moderna, en tanto, parece tener su origen en la antigua Mesopotamia. De todos modos, al tratarse de un objeto tan cotidiano, posiblemente se desarrolló de forma paralela en distintas culturas. Por ejemplo, hay evidencias de su uso durante la dinastía Han de China, donde se usaban para evaporar sal. También se conocían en la antigua Grecia, donde las llamaban tagēnon y en Roma, donde se denominaban patella o sartago.


El cobre fue el primer material que se utilizó para fabricar la sartén moderna, aunque en China hay evidencias del uso de sartenes de hierro fundido también durante la Dinastía Han. Y la forma de esas primeras sartenes no era muy distinta a la de las actuales.


En Europa, antes de la introducción del fogón de cocina, a mediados del siglo XIX, la sartén comúnmente utilizada tenía tres patas (como ya lo mencionamos), que se usaban para sostenerla encima de las brasas de fuego. Esas patas desaparecieron a finales del siglo XIX, cuando las cocinas se popularizaron. En esa época y especialmente durante la primera mitad del siglo XX, el hierro fundido era el material estrella y siguió siéndolo hasta los años 60 y 70, con la popularización de las sartenes de aluminio con recubrimiento antiadherente, que actualmente son la opción mayoritaria ofrecida a los consumidores.


Fuentes: https://www.castey.com/ y ABC.ES

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