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FERNANDA FUENTES, en el pan que compartimos

Originaria de Rancagua, Fernanda Fuentes ha construido su carrera desde su profundo amor por la cocina, una pasión que nació en las mesas familiares y que, con el tiempo, se ha transformado en una vocación que la ha llevado a convertirse en una de las chefs más destacadas del país y del mundo.

Siempre tuvo una conexión especial con la comida. Desde su infancia, las reuniones con sus seres queridos fueron el escenario de sus primeras experiencias culinarias, lo que despertó una curiosidad innata por los sabores y las técnicas. “Jamás fui una niña de menú infantil”, recuerda la popular chef, aludiendo a su inclinación desde pequeña por explorar diferentes platos y restaurantes con su familia.

Esa fascinación fue tomando forma a lo largo de los años, hasta que a los 18 decidió que su vida estaría dedicada a la gastronomía. Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas: un momento clave ocurrió cuando un profesor comentó que las mujeres solo estudiaban esta carrera para quedarse en casa, un comentario machista que la impulsó a demostrarle exactamente lo contrario.

Este episodio no solo mostró su determinación, sino que también la ayudó a reafirmar su compromiso con la igualdad en un rubro tradicionalmente dominado por hombres.


Conexión con el pan

Aunque Fernanda se describe a sí misma como una cocinera que no sigue modas ni estilos, reconoce que siempre le ha atraído la rigurosidad y elegancia de la gastronomía francesa. No obstante, su estilo es más libre, una filosofía que le ha permitido explorar diferentes facetas sin encasillarse en un solo enfoque.

Además de su trabajo en la cocina salada, ha desarrollado un interés particular por la panadería y la pastelería, áreas que considera fundamentales en su evolución como chef porque, aunque admite que se ha especializado en el área dulce casi por casualidad, esta perspectiva le ha permitido ser más ordenada y rigurosa desde todo punto de vista.

Su conexión con el pan va más allá de la simple preparación de recetas. La también rostro de televisión ve en este alimento un símbolo cultural tanto en Chile como en Italia, país natal de su marido. En su restaurante, el pan forma parte de su menú de degustación, homenaje para un producto que ha sido compañero constante en su vida y carrera.

Fernanda observa con admiración cómo la gastronomía chilena ha evolucionado en los últimos años, especialmente en el ámbito de la panadería y pastelería. Destaca la importancia del buen hacer, del respeto por los ingredientes y de los procesos naturales como la fermentación del pan de masa madre. Para ella, la vuelta a lo artesanal y la preocupación por la calidad del grano son señales de una transformación positiva en la industria.

Asimismo, valora la creciente adaptación de la pastelería a las intolerancias y alergias alimentarias, algo que considera esencial para ofrecer un servicio inclusivo.


La TV y factores que marcan diferencias

La chef nacional también es conocida por su participación como jurado en programas de televisión, donde ha logrado ganarse el cariño del público chileno. Recientemente se estrenó una nueva temporada de Top Chef VIP en las pantallas de CHV, un programa que Fuentes disfruta enormemente.

“Espero que le vaya increíble. Es una gran temporada, con tremendos participantes que nos sorprendieron con sus preparaciones”, comenta entusiasmada.

Para Fernanda, el secreto de su éxito radica en el amor y la dedicación que pone en cada plato. A las nuevas generaciones les aconseja siempre trabajar con productos caseros y de calidad y, sobre todo, poner pasión en todo lo que hagan. “Ese es el verdadero ingrediente que hace la diferencia en la cocina y en la vida”, dice.

De esta manera, y gracias a su talento, perseverancia y compromiso con la gastronomía, ha logrado lo que muchos chefs solo consiguen en sus sueños: combinar la tradición con la innovación y ganarse el reconocimiento internacional, recordando siempre sus raíces que la mantienen muy cerca de Chile.

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