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Heinz Wuth: cuando la ciencia se mete en la masa

En su bĆŗsqueda incansable por entender los ā€œpor quĆ©ā€ de la cocina, el chef y divulgador cientĆ­fico encontró en Molinera San Cristóbal un laboratorio natural para seguir desentraƱando los misterios del pan.


La cocina puede ser un arte, un oficio o una pasión, pero para Heinz Wuth es, ante todo, una pregunta abierta. Cada receta, técnica y proceso despiertan en él una inquietud genuina por comprender lo que ocurre a nivel molecular. Y, cuando se trata de panadería, su curiosidad se vuelve aún mÔs intensa: ¿qué hace que un pan suba bien? ¿qué determina su miga, su textura, su digestibilidad?.


En su camino por encontrar respuestas, Heinz llegó hasta los laboratorios de Molinera San Cristóbal, una empresa con mÔs de 100 años de historia en la producción de harinas. Allí, rodeado de instrumentos y perfiles reológicos, encontró herramientas que lo ayudaron a profundizar su conocimiento desde lo científico, especialmente el Falling Number y el Alveógrafo de Chopin. No era solo tecnología, era una ventana a lo  que realmente sucede dentro de la masa.


Lo que cuentan las enzimas: el papel del Falling Number

 El Falling Number le permitió observar con precisión la actividad enzimÔtica de las harinas, especialmente de la amilasa, enzima responsable de transformar el almidón en azúcares fermentables. Esta reacción es clave durante la fermentación, ya que alimenta a las levaduras y define, en parte, la estructura y el sabor del pan.


ā€œCuando una harina tiene demasiada actividad enzimĆ”tica, se vuelve pegajosa, pierde fuerza y no logra sostener una buena estructura. Si tiene muy poca, el pan queda plano, sin desarrolloā€, explica Heinz.



Este equilibrio enzimƔtico, lejos de ser un detalle tƩcnico, incide directamente en el resultado final: un pan de buena textura, aireado, sabroso y fƔcil de digerir. La calidad de los trigos utilizados en harinas como Fortaleza o Pizza, con alto contenido proteico y excelente rendimiento panadero, ofrecen un punto de partida ideal para fermentaciones largas y masas de gran volumen. Son harinas pensadas para procesos exigentes, donde cada variable cuenta.


Radiografía de la masa: el Alveógrafo de Chopin 

Con el Alveógrafo de Chopin, Heinz pudo explorar las propiedades físicas de la masa: su tenacidad (resistencia al estiramiento) y su extensibilidad (capacidad para expandirse sin romperse). Estos parÔmetros permiten anticipar cómo se comportarÔ una harina durante el amasado y la fermentación, y qué ajustes se requieren para lograr una miga perfectamente aireada y un volumen equilibrado.


ā€œEl alveógrafo no es solo un grĆ”fico; es una radiografĆ­a del comportamiento de la masa. Te dice cuĆ”nto puedes exigirle a una harina y quĆ© tan lejos puedes llegar sin que se rompa el equilibrioā€, afirma Heinz. Gracias a estas mediciones, es posible optimizar la hidratación, controlar los tiempos de amasado y ajustar fermentaciones con precisión quirĆŗrgica.


Fermentar para nutrir

Uno de los focos mÔs importantes en la investigación de Heinz ha sido el proceso de fermentación, tanto con levadura como con masa madre. Este no solo incide en la textura o el volumen, sino que transforma profundamente la harina. Durante la fermentación se liberan Ôcidos orgÔnicos, se degradan compuestos complejos y se generan sabores únicos. Pero, sobre todo, se mejora la digestibilidad.


ā€œUn pan bien fermentado es mĆ”s amable con el cuerpo. Tiene menos impacto en la glucosa, se digiere mejor y aporta nutrientes de manera mĆ”s eficienteā€, explica. A travĆ©s de fermentaciones prolongadas y controladas, se logra descomponer fitatos y almidones resistentes, facilitando la absorción de minerales y proteĆ­nas vegetales.


Este enfoque se alinea con una demanda creciente por panes mÔs saludables. En esa línea, Molinera San Cristóbal desarrolló Oro Uno + Fibra, una harina blanca con un 39% mÔs de fibra que la tradicional Oro Uno. Ideal para productos como la marraqueta, mantiene su apariencia y textura, pero con un aporte nutricional mejorado.


AdemĆ”s, la lĆ­nea Whole Grain, elaborada con el 100% del grano entero —a diferencia de las harinas integrales reconstituidas—, permite crear productos suaves, esponjosos y sabrosos, sin renunciar al valor nutricional del grano completo. Disponible en versiones panadera fina, panadera gruesa y pastelera, combina nutrición con resultados notables en textura y sabor.


El molino como centro de descubrimiento

Para Heinz, la experiencia vivida en los laboratorios y plantas de Molinera San Cristóbal fue reveladora. Allí, rodeado de datos, grÔficos, curvas y muestras de harinas, encontró respuestas a preguntas que lo habían acompañado por años.


Y lo mĆ”s importante: entendió que el conocimiento cientĆ­fico no es ajeno a la cocina, sino una herramienta poderosa para enriquecerla. ā€œCada parĆ”metro, cada prueba de laboratorio, cada curva de comportamiento de la harina me dio pistas para entender mejor lo que pasa en el horno, en la masa, en el paladarā€, concluye.


Porque, en definitiva, el pan va mÔs allÔ de la simple combinación de ingredientes: es una alquimia precisa, donde la ciencia, la tradición y la curiosidad se fusionan con precisión 



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PANARTE © 2021
Revista de panadería y pastelería
en Chile por INDUPAN

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