HORA DE RETOMAR LAS RUTINAS Por Mirella Bonino Nutricionista y Dietista Universidad Andrés Bello.
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Habitualmente en la temporada del verano empiezan a aparecer los sentimientos de culpa posteriores a las fiestas del fin de año. Ello, debido al alto consumo que en esas fechas se realiza de alimentos ricos en azúcar, tales como panes de pascua, cola de mono o productos de pastelería.
Y es que, por norma general, la comida tiene un rol principal y protagónico durante las celebraciones familiares y sociales de esa época del calendario, de modo que todo lo ingerido empieza a pasar la cuenta.
Por lo anterior, es recomendable volver a las rutinas alimentarias y a las costumbres incorporadas a nuestras labores cotidianas para afrontar con éxito, cuando corresponda, el retorno a la vida laboral.
Entre los factores que deben retomarse destacan una alimentación variada, balanceada y equilibrada, complementando esto con el hábito de practicar siempre y en la medida de lo posible, algún deporte o actividad física.
En ese escenario, el pan se transforma en un aliado ideal durante el periodo estival, ya que es perfecto para consumirlo en las tardes de picnics a las playas y en paseos, ayudándonos a recomponer las cantidades adecuadas de nutrientes que necesita nuestro cuerpo.
Podemos disfrutarlo, por ejemplo, en sándwiches frescos y saludables como aquellos con quesillo y tomate. También en los de pechuga de pavo con palta o en nuestro querido sándwich de miga de jamón con huevo. Todas combinaciones versátiles, ricas en proteínas y grasas saludables, que nos saciarán en estos días de verano.
Pero la misión que no podemos olvidar es que llegó el momento de volver a centrarnos en una dieta adecuada, porque se estima que, con posterioridad a la pandemia, todos los índices de malnutrición por excesos se incrementaron y eso es algo realmente preocupante.
La población chilena tiene cerca del 75% de exceso de peso, entre sobrepeso y obesidad, sin diferencias por nivel socioeconómico, siendo los niños el segmento de mayor cuidado. Por ello, es necesario fomentarles el consumo de alimentos saludables durante las comidas principales y darle relevancia al acto de comensalidad en familia, a “comer todos sentados en la mesa”, como en los viejos tiempos.
Es parte de educar a los niños el que sepan cómo actuar frente a la elección de alimentos cuando se encuentren solos, sin los padres o adultos responsables para tomar este tipo de decisiones.
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