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La infraestructura invisible que sostiene la panadería y la gastronomía










Por Gonzalo Ramírez,

Constructor Civil UTFSM. CEO en ITEChile.



Quienes hemos dedicado nuestra vida a la construcción sabemos que no hay edificio que se mantenga en pie solo por la solidez de sus materiales. Lo que realmente le da continuidad a una obra en el tiempo es el mantenimiento. Esa palabra, muchas veces ignorada, en la práctica define si una operación productiva prospera, perdur, o se detiene.


En la gastronomía, y en particular en la panadería, este principio cobra especial sentido. Visito múltiples instalaciones en mis más de 30 años de carrera, desde cocinas industriales de alto estándar hasta panaderías artesanales en zonas rurales. Y en todas, sin excepción, el denominador común del éxito sostenido es el mismo: infraestructura bien mantenida, seguras y supervisadas.


Los hornos no fallan por magia. Las cámaras frigoríficas no colapsan por mala suerte. Las instalaciones eléctricas no se incendian por casualidad. Estos eventos, que muchas veces se toman como accidentes inevitables, tienen su origen en una sola palabra: negligencia, o dicho de otra manera, falta de previsión. Y esa negligencia no es solo técnica, es también estratégica.


En ITEChile, firma especializada en supervisión integral de la infraestructura, hemos sabido afinar el ojo con precisión. Nuestro modelo de servicio no se limita a detectar potenciales problemas o resolver emergencias, sino que instala una cultura de prevención y revisión, aportando con soluciones. Estamos redefiniendo el estándar de lo que significa “estar operativos” y anticiparse a los problemas, y no solo reaccionar a ellos.


Hoy más que nunca las panaderías y negocios gastronómicos deben profesionalizarse. Ya no basta con tener buena mano en la cocina o productos de calidad, también es necesario asegurar que la infraestructura que las sostiene funcione a la altura. Y eso incluye desde la ventilación hasta el sistema de agua potable, desde la iluminación eficiente hasta la seguridad eléctrica. Invertir en inspecciones preventivas no es un gasto: es una herramienta de continuidad operativa; es proteger la inversión inicial, evitar paradas no programadas, pérdidas de producción, daños reputacionales, riesgos sanitarios e incluso accidentes laborales.


La industria alimentaria chilena no puede seguir improvisando su soporte técnico. Si queremos que nuestros negocios sean sostenibles en el tiempo, debemos comenzar a pensar como lo hacen los grandes proyectos de infraestructura: planificando, previniendo y controlando.


Porque en un horno que no prende, en una sala que no enfría o en un tablero que se sobrecarga, no solo se pierde producción, se deteriora la confianza. Y eso, en este rubro, es casi tan grave como perder el pan.

 
 
 

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PANARTE © 2021
Revista de panadería y pastelería
en Chile por INDUPAN

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