Panadería artesanal chilena: un camino profesional con identidad y futuro

Por Veronica Ortega 

Psicóloga organizacional, y directora general 

de PANOVISIÓN coaching

Para la panadería artesanal chilena, haber sido aceptada en @uibc_worldbakers, que es la organización internacional fundada originalmente en 1924, con sede en Madrid, que agrupa asociaciones del sector panadero y pastelero de todo el mundo, es un logro histórico y profundamente meritorio.

Este reconocimiento internacional no llega por casualidad: es fruto del esfuerzo de generaciones de panaderos y panaderas que, con trabajo constante, pasión por el oficio y amor por la calidad, han levantado el nombre de Chile en el mundo.

Ser parte de la UIBC nos llena de orgullo y nos invita a felicitarnos como gremio, porque hemos alcanzado un espacio donde pocos llegan. Este hito abre puertas, nos conecta con la élite mundial de la panadería y reafirma que nuestra identidad y talento tienen un lugar en la mesa global.

Hoy queremos inspirar especialmente a los jóvenes panaderos y panaderas de Chile. La panadería no es solo un oficio: es un camino profesional con futuro, capaz de llevarlos desde el aprendizaje en las panaderías locales hasta representar a Chile en escenarios internacionales.

El secreto de este viaje está en lo que llamamos el ADN de la panadería chilena: nuestras recetas, nuestra cultura, nuestros sabores y la pasión que nos caracteriza. Conocer y valorar esto es el mayor capital que puede tener un panadero o panadera, porque es lo que nos permite proyectar al mundo una identidad única, auténtica y llena de valor.

Antes de emprender, el camino comienza en la experiencia. Para los jóvenes profesionales de la panadería, la mejor escuela está en las panaderías locales. Allí se aprende lo que ningún libro puede enseñar: la disciplina de los horarios, la precisión de los procesos, la fuerza del trabajo en equipo y el contacto directo con la comunidad.

Ese aprendizaje real no solo fortalece habilidades técnicas, sino que también conecta con la esencia del oficio. Con esa base sólida, cada joven podrá emprender con mayor confianza, identidad y visión, proyectando con orgullo la panadería chilena al mundo.

Ser parte de la UIBC nos recuerda que cada joven panadero chileno tiene la oportunidad de escribir su historia en un escenario global, llevando consigo la esencia de nuestro país. La invitación está hecha: este oficio no solo alimenta cuerpos, también abre caminos, conecta culturas y construye futuro.