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El agregado de verduras crudas desmenuzadas a la masa básica, realza el color, textura y sabor del pan. Particularmente creemos que las zanahorias ralladas producen uno de los productos más atractivos en sabor, aunque las remolachas crudas y ralladas, contribuyen a lograr un color más atractivo. Este excelente pan crujiente, de miga esponjosa y con toques anaranjados, es conocido en todas partes. Y tanto las verduras cocidas o el puré pueden incorporarse muy satisfactoriamente a este tipo de elaboración.


INGREDIENTES

  • 2 cucharadas de levadura seca.

  • 300 ml de agua.

  • 500 gramos de harina de fuerza.

  • 2 cucharaditas de sal.

  • 250 gramos de zanahorias ralladas.

  • 15 gramos de mantequilla sin sal, derretida.


PROCEDIMIENTO

  1. Poner la levadura en 100 ml de agua. Dejar durante 5 minutos y revolver para que se disuelva.

  2. Mezclar la harina y la sal en un recipiente grande. Hacer un hoyo en el centro y verter la levadura con agua. Añadir las zanahorias y la mantequilla en este orificio. Mezclar con la harina. Verter revolviendo el resto del agua -según sea necesario-, hasta formar una masa húmeda y de poca consistencia.

  3. Volcar la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Amasar unos 10 minutos hasta que quede homogénea, aunque pegajosa.

  4. Poner la masa en un recipiente limpio y tapar con un paño de cocina. Dejarla leudar de 1 a 1 ¼ hora, hasta que doble su tamaño. Desinflar y dejar en reposo por unos 10 minutos.

  5. Dar a la masa la forma de un pan redondo. Poner en una placa de hornear y tapar con un paño de cocina. Dejar leudar otros 45 minutos, hasta que duplique nuevamente su tamaño.

  6. Llevar a horno previamente calentado y dejar por 45 minutos, hasta que el pan adquiera un color dorado y suene hueco cuando se lo golpee en la base. Enfriar sobre rejilla de alambre.


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