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Paumar: la panadería que renació desafiando undesastre


Tras un devastador incendio, la familia Vera no solo reconstruyó desde cero su histórico local, sino que la transformó en una marca con presencia nacional. Hoy, sus productos artesanales bajo el nombre Fontarella llegan a las principales cadenas de supermercados del país.
Tras un devastador incendio, la familia Vera no solo reconstruyó desde cero su histórico local, sino que la transformó en una marca con presencia nacional. Hoy, sus productos artesanales bajo el nombre Fontarella llegan a las principales cadenas de supermercados del país.

La madrugada de un otoño en 2022, un resplandor naranja interrumpió el sueño de los habitantes de La Cisterna. Era un voraz incendio y el afectado, uno de los vecinos más queridos del sector. La panadería Paumar, fundada hace más de treinta años por Nelson Vera y su esposa Jeanette Busch, ardía hasta los cimientos. En pocas horas, el fuego devoró no solo la planta de producción, sino también décadas de trabajo, maquinaria y recetas populares.


Muchos pensaron que sería el final para esta familia, sin embargo, fue en realidad el principio de una historia de renacimiento y determinación. De las cenizas emergió algo más que una panadería reconstruida: Fontarella, la marca comercial bajo la cual hoy Paumar abastece a supermercados en todo Chile, liderando una transformación silenciosa donde lo artesanal se proyecta hacia el retail moderno.


Este negocio no nació con ambiciones de grandeza, sino por amor al oficio. En los años noventa, Nelson y Jeanette abrieron una pequeña panadería con énfasis en la repostería alemana, heredada de la tradición de Busch. Pan de Pascua, tortas de panqueque, kuchenes y queques de zanahoria se convirtieron rápidamente en los favoritos del barrio.


“La planta era el corazón de todo”, recuerda Marcela Vera, hija de los fundadores y actual gerente general. “Pero el oficio lo llevábamos dentro. Perdimos el edificio, pero no la forma de hacer las cosas”, explica.


Esa filosofía fue la que guio la reconstrucción. Con el liderazgo de la nueva generación familiar -Marcela y su hermana Paulina, cuyo nombres dan origen al nombre Paumar- se emprendió una modernización profunda: infraestructura de última generación, incorporación de maquinaria especializada, certificación HACCP y una cultura organizacional que apostó por la calidad sin perder su raíces. “Queremos consolidarnos como el operador artesanal más importante en pastelería en Chile”, aseguran con optimismo. Y lo dicen mientras capacitan a su equipo, prueban nuevas recetas, conversan con proveedores sobre los desafíos que vienen y consolidan sus tres sucursales en funcionamiento, en Providencia, Santiago y su casa matriz en La Cisterna.


Un familia resiliente				Durante la pandemia, cuando muchos bajaban sus cortinas, ellos sacaron un megáfono. Literal. Con sus camionetas de reparto, recorrieron los barrios vendiendo pan y pasteles directamente desde los vehículos.						“Fue improvisado, pero funcionó. La gente nos recibió con cariño y entendimos que no éramos solo una panadería, sino parte de la vida cotidiana de muchos”, recuerdan.
Un familia resiliente Durante la pandemia, cuando muchos bajaban sus cortinas, ellos sacaron un megáfono. Literal. Con sus camionetas de reparto, recorrieron los barrios vendiendo pan y pasteles directamente desde los vehículos. “Fue improvisado, pero funcionó. La gente nos recibió con cariño y entendimos que no éramos solo una panadería, sino parte de la vida cotidiana de muchos”, recuerdan.

Apuesta al retail

Gracias a acuerdos con cadenas como Walmart, Tottus, Cencosud y varios operadores regionales, sus tartas, kuchenes y panes de Pascua ahora se encuentran desde Arica hasta Punta Arenas. Y aunque el volumen de venta ha crecido, la esencia sigue intacta.


No obstante, adaptarse al mundo del retail no fue fácil. Las góndolas de supermercado exigen estandarización, logística y un cumplimiento estricto de las normativas. Por eso Paumar, a través de su línea de productos de marca Fontarella, aceptó el reto con una estrategia clara: competir no por precio, sino por valor.


“Seguimos haciendo jugo con limones reales para nuestro pie de limón. No usamos premezclas. Seguimos batiendo merengue con huevos frescos, en eso no hemos transado”, revela Marcela Vera. Esa fidelidad al producto artesanal es, en la actualidad, un diferenciador clave frente a marcas de producción industrial.


Y mientras el segmento retail crecía, otro frente comenzó a tomar forma: los locales Paumar Café. Inspirados en el modelo europeo, combinaron pastelería con experiencia, ampliando la oferta a un nuevo formato que atrae a un público diferente. Sin renunciar a su clientela tradicional, la empresa amplió así su vocación de barrio a una experiencia más urbana y contemporánea.


Sostenibilidad y futuro

La transformación del negocio también pasa por la tecnología. Hoy gestionan pedidos mediante una aplicación propia, ofrecen ventas por teléfono y trabajan activamente en el desarrollo de nuevos productos saludables: opciones sin azúcar, líneas veganas, alternativas con masa madre y formulaciones pensadas para públicos con restricciones alimentarias.


A eso se suma un compromiso ambiental que va más allá del discurso. Además de cuidar detalles como la limpieza, reducción de ruidos y respeto por el entorno vecinal, su planta avanza en la obtención del Acuerdo de Producción Limpia (APL), certificación impulsada por el gobierno en colaboración con Indupan.

 
 
 

1 Comment


Ray Ralph
Ray Ralph
hace 6 días

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PANARTE © 2021
Revista de panadería y pastelería
en Chile por INDUPAN

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