Pochito Sydney: identidad nacional al otro lado del mundo
- Giselle Palominos
- 10 oct
- 3 Min. de lectura

Daniel y Kathy cambiaron la vida agitada por la calma de Búzios, donde crearon un emprendimiento. Con marraquetas, dobladitas y empanadas de pino hechas a mano, han conquistado tanto a compatriotas nostálgicos como a locales curiosos.
Quien cruza la puerta de Pochito Sydney no solo entra a un restaurante consolidado en Australia, sino que también ingresa a un pedazo de Chile cuidadosamente reconstruido en medio de la ciudad más grande y poblada de ese país.
El aroma de las empanadas recién horneadas, el manjar que rellena los pasteles y la calidez de un “bienvenido” en español crean un ambiente que, para muchos compatriotas, significa reencontrarse con su historia. “La idea de crear Pochito nació de una mezcla de nostalgia y ganas de compartir”, recuerda Paulina Bustamante, chilena avecindada en Sídney desde hace 36 años y fundadora del proyecto junto a su madre, Patricia, la conocida “Tía Patty”.

El camino comenzó en 2013, con cocciones caseras y participación en ferias locales. El entusiasmo de nuestra comunidad, agradecida de reencontrarse con sus sabores, sumado a la curiosidad de los australianos, impulsó un crecimiento sostenido que desembocó en la apertura del local en el barrio de Mascot en 2019.
Desde entonces, el negocio se ha consolidado como un referente gastronómico y cultural. En la carta, las empanadas de pino son protagonistas, ya que representan un símbolo de identidad y memoria colectiva al evocar Fiestas Patrias, almuerzos familiares y celebraciones que se repiten en todas las geografías chilenas.
Junto a ellas, destacan platos como la cazuela de costilla, capaz de envolver con su olor y textura incluso a quienes nunca antes la habían probado. Y en la repostería, los clásicos berlines, alfajores y torta de milhojas dan un abrazo a los locales que gustan de lo dulce.

Aunque la esencia de Pochito es mantener la tradición, también hay espacio para el diálogo con el paladar local. Ejemplo de ello es el sándwich “gringo”, un pan largo estilo marraqueta relleno con lomito, repollo, mayonesa y pebre. La receta mantiene el sello chileno, pero se ha transformado en uno de los favoritos del público australiano y de otras comunidades. Aunque claro está, nunca se olvidan de los completos, chacareros y el pan amasado.
Emprender en Oceanía
La historia de este local es un relato de desafíos. Emprender en un país extranjero implicó lidiar con el idioma, comprender normativas sanitarias estrictas, acceder a financiamiento y construir redes desde cero. Aun así, cada obstáculo se convirtió en una oportunidad. “Nuestro mayor aprendizaje es que un negocio gastronómico es, ante todo, un negocio de comunidad. Más allá de las recetas y los productos, lo que nos sostiene es la relación con la gente”, resume Paulina.

Ese carácter comunitario se expresa en múltiples dimensiones. Para los chilenos y sudamericanos, Pochito es un refugio de pertenencia: un lugar donde compartir recuerdos y sentirse en casa. Para los australianos, es una ventana abierta a una cultura distinta, una invitación a conocer Chile a través de sus sabores y hospitalidad.
Allí, por ejemplo, se celebran el 18 de septiembre con cueca, música y empanadas; se organizan eventos temáticos con ritmos latinos y, en ocasiones, se transmiten espectáculos que convocan al barrio. Este espacio, en palabras de sus dueños, es un lugar donde convergen lenguas, generaciones y tradiciones distintas, con la comida como hilo conductor.
Reforzando lo anterior, sus redes sociales han jugado un papel central en esa expansión. A través de fotos y videos que muestran procesos artesanales, historias de clientes y momentos compartidos, la comunicación digital refleja lo mismo que vive la gente al entrar al local: cercanía, sabor y autenticidad.

Un futuro en construcción
Pochito Sydney mira al futuro con entusiasmo y cautela. Los planes incluyen ampliar el menú con más platos tradicionales chilenos, explorar preparaciones latinoamericanas y, eventualmente, abrir nuevos espacios en otros barrios de la ciudad, siempre preservando la identidad artesanal, mientras se fortalece el carácter comunitario del proyecto.
Para Paulina y su familia, esto es un sueño cumplido y un símbolo de agradecimiento. “Vernos consolidados en Sídney es un orgullo enorme y profundamente personal. Significa demostrar que los sueños de una familia migrante pueden hacerse realidad con trabajo, sacrificio y mucho corazón”, reflexiona.
En ese sentido, el legado de Pochito busca trascender. En unos años más, aspiran a ser recordados como un símbolo de cultura viva, donde los chilenos siempre puedan sentirse en casa y los australianos descubran que la gastronomía es también un puente entre mundos.

Estoy fascinado con la aplicación móvil de brazino777. Me permite jugar desde cualquier lugar y en cualquier momento. La calidad de los gráficos es excelente y la jugabilidad es muy fluida. Además, la aplicación es muy segura y protege mis datos personales. Los bonos son muy generosos y siempre hay promociones nuevas para aprovechar. Como jugador chileno, me siento muy orgulloso de tener una plataforma de juegos online de tan alta calidad.