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Enrique Román, economista de la U. de Chile, investigador del Instituto de la Pequeña Empresa y asesor de diversos gremios de la micro, pequeña y mediana empresa, se refirió de la siguiente forma a los planteamientos del pre candidato presidencial, Daniel Jadue, sobre el ingreso mínimo.


“Las pequeñas y medianas empresas no son los explotadores que insinúa Jadue. No abusan de la situación de sus trabajadores, no desean darles trabajos indecentes ni dejar de contribuir al Estado con los impuestos que deben pagar.


Este candidato no se está enfrentando a victimarios, sino a víctimas. Y con sus juicios no hace más que hacer ver a la visión del modelo neoliberal como algo justo. Es decir, que las empresas debieran dejar de existir cuando no cumplen con estas condiciones.

Es grave incorporar la idea que será decisión del Estado el terminar con estas empresas cuando no cumplan con las condiciones que él está requiriendo… cuando sea Presidente, naturalmente…


Si usamos las bases de datos del SII, que proporciona las ventas y el número de trabajadores contratados y tomamos la información de las cuentas nacionales del Banco Central, que muestran cuál es la participación de los salarios, de las utilidades y los impuestos dentro del valor agregado de las empresas, tendríamos que concluir lo siguiente:


Las microempresas, que en este país son alrededor de 760 mil y dan empleo a unos 700 mil trabajadores, venden –en promedio- 687 mil pesos mensualmente. De ese monto, los salarios que pagan son del orden de los 300 mil pesos. Los impuestos superan los 10 mil pesos mensuales y sus utilidades son del orden de 376 mil pesos. O sea, en una empresa micro de Chile, que en términos prácticos tiene a dos personas empleadas (el empresario y un trabajador), NO hay espacio para pagar 500 mil pesos.


Si el señor Jadue –agrega- pretende que hay que subir a 560 mil pesos el salario de las pequeñas empresas, significaría que el empresario tendría que ganar del orden de 100 mil pesos para pagarle ese nuevo monto a su trabajador.


Como eso no es posible, cerrarían 760 mil unidades productivas y quedarían cesantes 720 mil trabajadores, a menos que se les encontrara trabajo en otros lados. Y como en este país, si no trabajas en las pequeñas o microempresa, trabajas en grandes empresas, de grandes grupos económicos, me imagino que el señor Jadue está contemplado sentarse a conversar con ellos, para encontrarle trabajo a ese millón 200 mil personas que se van a quedar sin fuente de empleo”. Ya sea porque son empleadores que no puede pagar los 560 mil pesos, como en los trabajadores de esas unidades productivas”.


Respecto de las pequeñas empresas, Enrique Román explicó que ellas venden como 7 millones y medio de pesos mensuales. “De esos, pagan unos 3 millones 300 mil en salarios y unos 113 mil en impuestos. Las utilidades son del orden de 4 millones de pesos. Esto parece mucho, pagando a sus empleados el salario mínimo. Pero ellos necesitan un capital para poder seguir operando, ya que a la mayoría no les pagan al mes siguiente, les pagan a 120 días. Además, deben cancelar intereses cuantiosísimos a los bancos, que se comen gran parte de esas utilidades.


Adicionalmente tienen que pagar multas del SII, que tiene predilección por sancionar a las pymes y predilección por condonarle deudas a los grupos económicos… También deben lidiar con la competencia desleal de empresas que son sus clientes, pero que no les pagan”.


¿Por qué es tan fácil no pagarle a una pyme?

Román explica que la pyme emite una factura, por ejemplo, a un supermercado. Y tiene que pagar el IVA de la factura ese mes. Y después pagar el impuesto.


Pero a ella le pagan en 120 días, “si es que les pagan. Además, al día siguiente de recibir la factura, los clientes usan el crédito fiscal gracias el IVA que pagó el pequeño empresario. Y si nunca le pagan la factura, el pequeño empresario quiebra y el Fisco se queda con el IVA. Y la empresa que no pagó la factura, ya utilizó el crédito fiscal y no lo devuelve.


En esa cantidad de plata, que corresponde al 20% de todo lo que se está vendiendo, están metidos también los 4 millones de pesos de utilidades”, agrega.


En su opinión, el nivel de discriminación con las pymes es brutal. “Las pequeñas empresas compran sus insumos a precios muy altos en relación a los que manejan sus competidores de gran tamaño. ¿Por qué?, porque Chile carece de una ley que impida la discriminación de precios. Si la hubiera, por ejemplo, las farmacias de barrio podrían cobrar por los remedios los mismos precios que las farmacias comunales, porque los laboratorios estarían obligados a venderles al mismo precio que a las cadenas”.


Román asegura que los grupos económicos están esquilmando a las pequeñas empresas. “Abusan de ellas los bancos, las tarjetas de crédito, los grandes compradores, los oligopolios, así como las normas impositivas que hacen que proporcionalmente las pequeñas empresas paguen impuestos de mayor tamaño… Si todos estos problemas desaparecieran, ahí podríamos decir que la no existencia de sueldos y de impuesto adecuados, sería de responsabilidad de las pymes. Pero, ¿qué hace el candidato Jadue?, amenaza. Su propuesta debiera ser desechada o tener la honestidad suficiente para cambiarla, reconocer que cometió un error e incorporar una oferta progresista. De lo contrario, podría pasar que desaparezcan –por ejemplo- las ferias libres o las panaderías de barrio y estas actividades queden en manos de las grandes empresas“.

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