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¿Qué nos trae de nuevo la pastelería?



Renovadas tendencias apuntan a trabajar en los diseños y formatos de los productos, así como a apostar por la sustentabilidad y por la utilización de ingredientes locales, con apego a lo tradicional.


Al igual que la panadería, en los últimos años la pastelería ha experimentado una transformación importante a raíz de los cambios en las preferencias de los consumidores. Un vistazo a las tendencias que se reflejan a nivel internacional nos da luces sobre lo que los clientes están buscando por estos días.

Lo primero tiene que ver con una preferencia por todo lo que representa una alimentación saludable. Y en ese sentido, los consumidores piensan en alternativas que no sólo satisfagan sus gustos, sino que además sean compatibles con sus requerimientos nutricionales. En esa línea, aparecen los productos bajos en azúcar, veganos o sin gluten, entre otros. 


A su vez, los clientes esperan encontrar opciones que equilibren el gusto por el dulce con lo saludable, inclinándose por una pastelería con menos azúcar y más centrada en ingredientes naturales, entre los que destacan las harinas sin gluten, las leches de almendra y coco, así como materias primas frescas y de temporada para elaborar recetas lo más sanas posible. 


También hay que poner énfasis en el regreso a lo tradicional, a las preparaciones que evoquen recuerdos y sentimientos que puedan conectar con el pasado o con experiencias agradables que la gente quiere conservar. Por eso, uno de los conceptos relevantes es innovar, pero sobre lo conocido, ya que a los compradores les gusta probar nuevas cosas, pero sin aventurarse demasiado en territorios desconocidos. Buscan entonces innovaciones con un aspecto familiar, en productos tradicionales que puedan reconocer con texturas o sabores diferentes, pero que mantengan un estándar clásico.  


Sin duda que el diseño y la decoración son elementos clave y en estos momentos la idea es apostar por presentaciones artísticas que sean visualmente impactantes, al punto de convertir una receta sencilla en una obra de arte, donde la creatividad logre componer una experiencia visual irrepetible que los clientes puedan recordar y compartir, más allá de lo delicioso que, igualmente, debe ser el producto que adquieran. 


Y como la estética juega un papel crucial, la personalización de lo que se ofrece debe ser otro factor que cautive y haga que las personas se sientan atendidas de manera única, logrando con ello una conexión que permitirá fidelizarlas. En este punto, bien vale pensar en la introducción de tecnologías como el uso de herramientas con láser, a fin de conseguir niveles de precisión y detalles que sean sorprendentes y marquen la diferencia.

En atención a este último punto, hay que consignar que las elaboraciones florales y la pintura también están en auge. Desde pasteles para matrimonios, hasta eventos más íntimos, las flores siempre crean un estilo diferenciador, que da espacio a la exploración y creatividad del pastelero. En tanto, la técnica de pintar a mano con pinceles y colorantes comestibles está impulsando nuevos parámetros de decoración.

El formato de los productos resulta ser una llave interesante de apreciar, ya que las tendencias indican que lo mayormente preferido va por el lado de lo “mini”. Esta corriente vuelve a ganar fama, ya que brinda a los consumidores opciones más pequeñas para satisfacer los antojos sin excesos y es una vía para lograr presentaciones más elegantes y atractivas.  


Otra faceta importante de la pastelería moderna nos habla de la autenticidad local, en el entendido de que antes los alimentos que provenían de lugares lejanos se beneficiaban de un aura de exclusividad y singularidad, pero ahora la gente opta por lo producido localmente o por aquello que es preparado con ingredientes locales, más frescos y conocidos. De hecho, se estima que dos de cada tres clientes, quieren saber de dónde procede lo que consumen, por lo que la transparencia es vital si se quiere sacar provecho de este tema. 


Y aparejado con lo anterior, la sostenibilidad aparece como un factor central, dado que las personas se preocupan y valoran que los establecimientos que visitan sean respetuosos con   el medio ambiente, usen ingredientes locales y eliminen adecuadamente sus residuos, En suma, que constituyan una alternativa ecoamigable. 

Por último, cabe consignar que los compradores están esperando experiencias únicas, que le den sentido a sus visitas a la pastelería. Ofrecer degustaciones, hacer demostraciones en el local o realizar pequeños eventos temáticos, son estrategias que se pueden aplicar, además de atreverse con fusiones innovadoras, agregando sabores y texturas inesperadas como por ejemplo, a través de la combinación de frutas y hierbas, hasta la incorporación de ingredientes salados en los postres.

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