Salvado, pan de barrio: De los bits a la masa madre
Bien es sabido el amor que los chilenos tenemos por el pan, lo que nos ha llevado a ser uno de los principales consumidores de este alimento a nivel planetario. De hecho, ese cariño incondicional ha llevado a muchas personas a cambiar sus vidas y sumergirse en el mundo de la panificación.
En esa línea, conversamos con Francisco Miras de la panadería “Salvado, pan de barrio”, quien siendo un profesional del área de la tecnología y la innovación cambió los bits y el hardware por la harina, la masa madre y los hornos de cocción.
¿Hace cuánto existe esta panadería?
Vamos a cumplir 4 años, por lo que estamos pensando en hacer alguna celebración de cumpleaños y también aprovecharla para lanzar nuevos proyectos que se están cocinando con fermentación lenta, igual que nuestros panes de masa madre.
¿Cuál es la propuesta de Salvado, pan de barrio?
Lo más importante para nosotros es ofrecer productos de calidad, elaborados a través de un proceso súper adecuado, con el objetivo de que estos sean lo más saludable posible y un real aporte para una buena alimentación.
Todo ello los hacemos a una escala de barrio, ya que a este lugar vienen las familias, lo que lo transforma en un punto de encuentro, en un lugar cercano. Por ese motivo nuestros productos son fabricados con masa madre y fermentación lenta, lo que nos permite ofrecer distintas variedades de pan, como el pan de hogaza, baguette y ciabatta. Además, también tenemos galletas, helados, café y café de especialidad, el que es tostado acá en Chile y normalmente tiene entre 2 semanas a 1 mes desde que finalizó el proceso de secado, lo que garantiza su real frescura.
¿Cuál es el tipo de público que frecuenta la tienda?
Hay todo tipo de clientes, desde niños hasta abuelitos… es la familia; finalmente es la familia que viene a comprar pan. Es por eso por lo que nosotros producimos panes que duran harto, lo que permite que las personas compren un pan que les dura para toda la semana. Además, los clientes nos compran harto pan para las colaciones de los niños y para los picoteos del fin de semana… por eso digo que nuestros productos son para toda la familia.
Sabemos que se estaban integrando nuevas personas a la sociedad de esta panadería, ¿nos podrías contar algo sobre ese tema?
En 4 años de funcionamiento hemos logrado aprender muchas cosas, lo que nos ha dado espaldas para crecer y afianzarnos en nuestro barrio mediante productos saludables y de gran calidad. Pero siempre tenemos el desafío de innovar y por tal razón ahora se están incorporando a esta sociedad Nico Guzmán, el hacedor de pan y Julio Cuevas, pizzaiolo certificado en Nápoles (Italia), así que estamos con nuevas manos y nuevos proyectos, por lo que pronto vamos a tener interesantes noticias…
¿Cómo ha sido este año para Salvado, pan de barrio?
Hasta el momento ha sido un buen año y estamos seguros de que seguirá así… va a ser el mejor año de nuestra panadería. Eso es lo que hemos decretado.
Tú no eres del mundo del pan, ¿cómo empezaste en esto?
Yo vengo del área de la tecnología y de la innovación, pero hace algunos años nació mi hija y detectamos que tenía alergia alimentaria y como a mí siempre me gustó la cocina y la gastronomía, me anduve obsesionando con el mundo de la fermentación y la alimentación saludable. Con eso en la mente empecé a hacer pan y me gané un fondo concursable. Fue en ese momento en el que decidí dejar mi trabajo en el sector tecnológico y me vine a la panadería, lo que significó un cambio rotundo y positivo en mi forma de vivir.
Panadería “Salvado, pan de barrio” se ubica en Embajador Doussinague 1774 (Vitacura),
frente al Líder de Buenaventura, en el sector Los Cobres de Vitacura.
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