Septiembre y octubre, meses claves para nuestro gremio
- Giselle Palominos
- 10 oct
- 2 Min. de lectura

Por Juan Mendiburu,
Presidente de Indupan
El pan, ese alimento cotidiano que encierra siglos de tradición, cobra en septiembre y octubre un protagonismo único para nuestro rubro. Son meses donde la panaderíachilena no solo se enciende en hornos y vitrinas, sino que se instala con fuerza en la mesa, cultura y economía nacional.
Las Fiestas Patrias elevan el consumo a cifras impresionantes, con la marraqueta multiplicándose en canastos para acompañar asados y desayunos; con las empanadas convertidas en las verdaderas embajadoras de nuestra identidad; y el querido choripán como el compañero inseparable de fondas, ramadas y encuentros familiares. En esta época, el oficio del panadero y nuestros locales adquieren un valor que trasciende lo gastronómico, transformándose en un símbolo de comunidad.
Pero ambos meses también son de reconocimiento y proyección para el sector que representamos. En Espacio Food & Service, la feria de alimentos más importante del país y plataforma relevante para nuestro rubro, se realizará la Feria Internacional de la Industria Panadera, Pastelera, Chocolates y Helados (Fipach), organizada por Indupan, que se ha convertido en una plataforma de innovación, capacitación y encuetro entre pares.
En este espacio, donde se reflejan los avances, se comparten desafíos y forjan alianzas que nos permiten crecer, se efectuará la premiación de “La Mejor Marraqueta 2025”, un galardón que no solo distingue calidad y técnica, sino que además reivindica el esfuerzo diario de cientos de panaderías locales.
Analizar el presente del rubro es constatar que la industria goza de buena salud. Aunque no exento de dificultades -como el alza en los costos de las materias primas- el gremio ha sabido sostenerse en base a un trabajo mancomunado, a su capacidad de organización y al reconocimiento de que la unidad es la mejor herramienta para enfrentar tiempos complejos. Esa fuerza colectiva es, quizás, el mejor indicador de futuro.
De esta manera, no solo nos estamos midiendo en kilos de harina o en el número de panes vendidos: el parámetro es la identidad, el rol social de una marraqueta compartida, la calidez de un oficio que sigue despertando de madrugada para que cada mañana llegue el pan fresco a nuestros hogares.
Y en septiembre y octubre, cuando Chile celebra, la panadería nacional nos recuerda que esto es mucho más que un negocio. Es nuestra vida y cultura, de lo que por cierto estamos orgullosos.

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