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- Rafael Urra
- 10 ago 2021
- 5 Min. de lectura

SegĆŗn Carlos Parodi, economista y profesor principal del Departamento AcadĆ©mico de EconomĆa en pregrado y profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del PacĆfico de Lima, a mediados de julio en PerĆŗ se registró un aumento en los precios de bienes y servicios bĆ”sicos.
En su opinión, tres factores fueron decisivos. En primer lugar, los aumentos de los precios internacionales de una serie de productos, entre ellos el trigo en mĆ”s de 40%. āY se trata de un insumo para hacer, por ejemplo, el pan y las galletas que, como consecuencia, suben de precioā. Por Ćŗltimo, el petróleo lo ha hecho en mĆ”s de 50% en los Ćŗltimos meses. El resultado es el incremento del valor de los combustibles y con ello suben una serie de precios mĆ”s.
En segundo lugar destaca el alza en el precio del dólar, debido a la incertidumbre polĆtica y, en tercer lugar, los fletes que han subido en los Ćŗltimos meses (por encarecimiento del precio del combustible). El flete es el costo de embarcar y transportar los productos importados hacia los puertos de destino. Si es mĆ”s caro el servicio de transporte, entonces sube el precio de lo que se trae. Entre ellos, algunos insumos de la panificación.
Sin embargo, el Instituto de EstadĆsticas emitió algunos informes que hablaban de una baja del precio del pan. Ante estas declaraciones, nos comunicamos con la Asociación Peruana de Empresarios de la PanaderĆa y PastelerĆa (Aspan), que preside PĆo Pantoja. Nos respondió su administrador y experto en materias estadĆsticas, Williams Heredia.
Ćl nos explicó que desde la perspectiva del gremio, no se observaba esa baja del precio del pan, por lo que pidieron a la autoridad precisar la modalidad que se usó para llegar a dicha conclusión. Tras obtener la respuesta a sus cartas, detectaron que hubo algunos errores en las formas en que se analizaron las muestras y, ante ello, solicitaron rectificar la información.
Heredia nos explicó que si bien el Instituto Nacional de EstadĆsticas e InformĆ”tica (INEI) siguió considerando los panes mĆ”s comunes consumidos en el paĆs (el francĆ©s y el Yema) y realizaron muestras aleatorias, los anĆ”lisis no fueron concretados con la modalidad habitual (por motivo de la pandemia).
El gremio advirtió que si bien cerca del 80% de las empresas han sido afectadas por los aumentos en el precio de los insumos, āel 50% de ellas no han querido traspasarlo en aumento de precios a los clientes finales. Esto, porque mĆ”s que una mentalidad empresarial, buscan no perjudicar al cliente. No obstante, en lugar de subir el valor nominal, sacrificaron (bajaron) un poco el peso de la unidad del pan que vendenā, con lo que en definitiva sĆ hubo un aumento del precio por kilo.
Esto es muy relevante si se considera que en el PerĆŗ, entre el 90% y 95% de las panaderĆas no venden el pan por peso, sino por piezas. Entonces, por un determinado monto de dinero, el consumidor lleva āxā cantidad de panes.
Coincidentemente con ello, no fue correcto que en los anĆ”lisis de la autoridad en pandemia se tomara la cantidad de panes y se estimara el kilo sin pesarlo. Ante la queja del gremio de los industriales panaderos y al corregir la modalidad de cĆ”lculo, el Instituto Nacional de EstadĆsticas reveló que desde mayo de este aƱo sĆ se registró un aumento del precio del pan. En el caso del pan Yema, el precio promedio por kilo que existĆa desde enero de 2020, de 6,69 soles (1298,39 pesos chilenos al 23 de julio), alcanzó los 6,79 soles en mayo (1317,59 pesos chilenos) y los 1325 pesos chilenos en junio.
En el caso del pan francés, el precio promedio pasó de 6,78 soles en enero de 2020 (1300,12 pesos chilenos) a 6,95 en mayo (1348,64 pesos) y en junio, a 7,24 soles (1404,91 pesos chilenos).
Heredia explicó que el gremio ha detectado que, debido al significativo aumento de los insumos, āen muchas panaderĆas ya desde enero (de 2021) y sobre todo en febrero y marzo, el precio del pan se incrementó. Por eso nosotros detectamos la distorsión al ver los informes de la autoridad e hicimos una carta para precisar la modalidad de cĆ”lculoā.
āEn la respuesta del INEI, ellos aceptan que a partir del aƱo pasado, no utilizan la metodologĆa normal de pesar el pan para hacer el cĆ”lculo del precio⦠Y tomaron en cuenta las unidades. Pero como algunos industriales optaron por vender un pan mĆ”s Ā“infladoā para no subir el precio, esto causo un error de cĆ”lculo del monto real por kilo⦠Esto es lo que estĆ”bamos sospechando y el INEI lo ha ratificadoā.
Heredia nos precisó que el estÔndar del peso de las piezas de panes en Perú es de 40 gramos en los últimos meses, pero se han registrado en Cusco pesos de entre 31 y 37 gramos.
Ahora, si se toman en cuenta las cifras de las variaciones de IPC de mayo en alimentos y bebidas, que consideró los muestreos habituales realizados por la autoridad, se registraron las siguientes variaciones:
Aumentos en relación a abril:
3% en el pan francƩs.
2,2% del pan integral.
1,2% del pan de molde.
1,1% para Yema.
1,1% para Ciabatta.
MERCADO PANADERO PERUANO
Se estima que en el PerĆŗ hay 14.800 panaderĆas. De ellas, el 25% incluye el servicio de cafeterĆa como parte de su negocio. Con eso estĆ”n apostando por la diversificación de la oferta para revertir una baja en el consumo registrada en los Ćŗltimos aƱos y, de paso, una menor rentabilidad.
Para impulsar y mejorar la calidad de este servicio, hace algunos aƱos Aspan ha realizado capacitaciones en el uso de mƔquinas. AdemƔs ha promovido innovar en la oferta de productos, romper los esquemas de trabajo tradicionales y formar al personal tanto en labores tƩcnicas como administrativas.
En opinión de su presidente, PĆo Pantoja, siempre se ha considerado que la ecuación ideal en tĆ©rminos de rentabilidad, es que cada lĆnea de negocios posea una participación equitativa en la generación de ingresos. āAsĆ, una panaderĆa tradicional debe tener un tercio de los ingresos provenientes del pan, otro tercio de la pastelerĆa y el Ćŗltimo tercio de la venta de embutidos, que es la que mĆ”s mĆ”rgenes de ganancia ofrece. Pero cuando se incluye la categorĆa snack o cafeterĆa (ofrecer cafĆ© y sĆ”ndwich), Ć©sta debe tener el 25% y dejar el otro 75% para los tres rubros antes citadosā.
FUTURO PREOCUPANTE
La propuesta de campaña de Pedro Castillo, Presidente electo de Perú, de controlar las importaciones, hace recordar a muchos empresarios los tiempos de escasez y colas en los 80. Esto obviamente genera una inquietud extra para el gremio panadero.
Les trae a la memoria la polĆtica de control de importaciones que aplicó Alan GarcĆa en su primer mandato (1985-1990), que tuvo como consecuencia la falta de pan para llevarse a la boca. No hubo Ć©poca mĆ”s complicada para ser panadero, ni para comprar pan, tal como se destaca en la entrega nĆŗmero 23 de la āColección del Bicentenario: 200 aƱos de EconomĆa en el PerĆŗā, publicada por PerĆŗ21.
Para el economista David Tuesta, el control de importaciones tenĆa el objetivo de āproteger determinadas industrias o sectores del paĆs; sin embargo, esto generó que los productos fueran mĆ”s caros y escasosā.
Durante esos aƱos, la situación de abastecimiento de insumos era tan complicada, que se hizo comĆŗn ver negocios con la inscripción: āNo llegó la harina, no hay panā. Pero el problema era que muchos peruanos pensaban que los mismos panaderos eran los responsables de la escasez y de las colas.