Di Lusso Gelato: inaugura nuevo local en Vitacura y consolida su estatus como Mejor Helado 2025

Meses después de ganar el concurso organizado por Indupan, Felipe Brant proyecta la expansión de su marca, mientras lidera un equipo joven y forja un exclusivo espacio donde cada helado es una experiencia.

A inicios de este año, Felipe Brant y Di Lusso Gelato obtuvieron el título del Mejor Helado del Verano 2025, reconocimiento que apuntaló su marca y catapultó la carrera de su fundador, abriendo un abanico de oportunidades comerciales y creativas.

“Todavía ostento el premio”, dice con orgullo el socio principal de esta heladería. “Ha sido clave para presentarnos en eventos y atraer clientes que nos descubren a través de publicaciones. Tener el respaldo de empresas como Maquipan o (Escuela) Artebianca me ha abierto muchas puertas y ha consolidado a Di Lusso como un helado respetado, uno que la gente viene a disfrutar”, aclara.

Arquitecto de profesión devenido en maestro heladero, para Brandt no representó una transición radical pasarse a formar una emprendimiento gastronómico. “Vengo de una familia con buen paladar y la arquitectura me enseñó a ver líneas, vistas y sensaciones. Cuando diseñaba casas, buscaba provocar emociones. Hoy hago lo mismo con los sabores: un helado puede evocar recuerdos y felicidad”, explica.

Después de ganar el concurso organizado por Indupan, su negocio fue despegando hasta alcanzar un nuevo hito: acaba de inaugurar local en Las Tranqueras, Vitacura, un espacio más amplio y exclusivo donde combina heladería, cafetería y bollería artesanal. El sitio tiene un gran estilo manifestado en su diseño, pues Felipe buscó que cada detalle -materiales, colores, disposición de productos- expresara la experiencia de lujo que quería transmitir.

“Antes estábamos en una casona pequeña. Hoy el espacio refleja la marca: materiales nobles, madera, visibilidad de productos, bollería propia. Es un lugar donde diseño y producto van de la mano, y podría replicarse como base para una futura franquicia”, advierte.

Desde su participación en la competencia, Di Lusso Gelato ha pasado de 30 sabores a 72, incluyendo helados de pistacho, chocolate Dubái y alfajor argentino. “Algunos son todo un éxito y otros los vamos mejorando. Seguimos las tendencias y escuchamos a la gente, siendo las redes sociales un termómetro importante. Pero nuestros ganadores, Chocolate Brigadeiro y Frutos del Bosque, siguen siendo los más vendidos”, indica Brant.

Factores del éxito

Más allá de la técnica, lo que distingue a Felipe es su capacidad de provocar recuerdos y emociones. “Una vecina probó nuestro helado violeta de la línea primavera-verano y me dijo ‘me hiciste retroceder 20 años’. Los helados evocan momentos felices, recuerdos y sensaciones de alegría. Esa conexión con la gente es muy gratificante”, comenta.

En ese sentido, el mix de productos es primordial en la propuesta de Di Lusso. De acuerdo con su fundador, “el café Filicori Zecchini, inspirado en mi viaje a Bolonia, junto con galletas artesanales desarrolladas especialmente para el local, complementan la visita. Queremos que quien acompañe al cliente también disfrute, ofreciendo un producto de calidad que vaya de la mano con nuestra filosofía”.

La relevancia de su equipo es otro elemento que Brandt resalta. “Siempre he pensado que el valor más importante de un negocio no es el mobiliario, sino las personas”, señala a modo de declaración de principios, al tiempo que reconoce su evolución personal y comunicacional.

“Al principio no sabía cómo desenvolverme en entrevistas. Con el tiempo, la radio, televisión y publicaciones me dieron experiencia. Hoy me siento más seguro, más natural al hablar, y puedo controlar mejor mis emociones y ansiedad”, puntualiza.

Futuro prometedor

El crecimiento de Di Lusso Gelato le permitirá estar presentes con sus productos en algunos restaurantes italianos y el conocido Festival Fauna Primavera, “que es una tremenda plataforma para locales y también nos ayudará a crecer”, dice Felipe. Y aunque su visión de expansión es realista, también es ambiciosa.

“Al principio pensé en dos heladerías, quizá una en Concepción, mi ciudad de origen. Hoy me veo con cuatro o cinco locales en un par de años, consolidando la marca y encantando a nuestra clientela”, sostiene optimista.

Al finalizar, Brandt reflexiona sobre su empresa. “Este negocio sigue siendo mi sueño y quiero agotarlo al máximo. Si en el futuro se da la oportunidad de crecer sin perder la esencia, no descarto formatos más grandes, tipo Starbucks, con helados incluidos. Pero por ahora mi foco está en encantar a cada cliente con el mejor helado posible”, señala.

De esta manera, entre arquitectura y heladería, Felipe ha encontrado la fórmula que combina técnica, creatividad, emoción y liderazgo, forjando un horizonte lleno de proyectos y nuevos sabores.