Álvaro Pena “La panadería chilena vive un proceso de transformación”
- Javiera Prieto
- 5 nov
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El líder gremial destacó el papel de Fipach como espacio clave para fortalecer la identidad cultural y profesional de nuestro sector. Además, gracias a sus más de 30 años dedicado a la industria, analizó con lucidez los desafíos estructurales y el futuro de un rubro que busca adaptarse a un nuevo escenario económico y tecnológico.
La industria panadera nacional atraviesa una de las etapas más desafiantes y, al mismo tiempo, más esperanzadoras de las últimas décadas. Así lo plantea Álvaro Pena, presidente de la Confederación Interamericana de Panaderos (CIPAN), quien asegura que el rubro está presionado por los costos y la competencia, pero también empujado por nuevas oportunidades ligadas a la innovación y otros factores.
“La panadería chilena está en un momento de transición, presionada por los costos, la competencia y la regulación, pero al mismo tiempo hay nuevas demandas del consumidor, conciencia ambiental y espacios para innovar. Los que logren adaptarse bien, modernizar procesos, incorporar sostenibilidad, ofrecer calidad diferenciada y aprovechar canales digitales, tienen buenas posibilidades de salir fortalecidos. Pero para muchos será un reto no menor”, explica Pena, de origen uruguayo.

El directivo reconoce que los desafíos actuales son múltiples y estructurales. Entre ellos, menciona el alza en los costos de insumos importados, crisis de rentabilidad del cultivo de trigo, falta de mano de obra capacitada, presión regulatoria, competencia con grandes cadenas y supermercados, además de la dificultad de acceso a financiamiento.
“Muchas panaderías están en una situación de tensión financiera. Los costos suben muy rápido, harina, energía, mano de obra, y no siempre pueden traspasar plenamente esos aumentos al precio final. En ese escenario, deben decidir entre absorber parte del costo, subir precios o reducir otros gastos para mantenerse”, aclara.
Frente a este panorama, CIPAN ha reforzado su compromiso con el fortalecimiento del sector panadero en Chile, América Latina y España. Según Pena, la colaboración entre asociaciones, la capacitación continua y el acceso a recursos técnicos son fundamentales para mejorar la competitividad y la sostenibilidad del rubro. “Nuestro trabajo busca que la panadería no solo sobreviva, sino que evolucione hacia un modelo moderno, eficiente y sustentable”, sostiene.

El auge del Pabellón del Pan
Una muestra de ese nuevo impulso se vio durante la última versión de la Feria Internacional de la Industria Panadera, Pastelera, Chocolates y Helados (Fipach 2025), en el contexto de Espacio Food & Service. Organizada por Indupan, Fechipan y Escuela Internacional Artebianca, la iniciativa gremial se transformó en uno de los espacios más concurridos del encuentro.
Allí se realizaron las finales de los campeonatos Pasión por el Pan y Jóvenes Pasteleros, así como del concurso La Mejor Marraqueta 2025, que reunió a más de 500 competidores desde su lanzamiento en mayo pasado. Para Álvaro Pena, todo esto fue una verdadera celebración de la gastronomía chilena.
“Estas actividades no solo promovieron la excelencia técnica, sino que también fortalecieron la identidad del pan chileno como patrimonio cultural”, señala.
El líder gremial subraya que la participación de CIPAN en Fipach fue estratégica: “Buscamos promover la identidad cultural del pan, fomentar la colaboración internacional, apoyar la profesionalización del sector e impulsar la innovación y la sostenibilidad. Ese es nuestro compromiso con la modernización de la industria panadera”, puntualiza quien también oficia como vicepresidente y embajador para América de la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros (UIBC).

Un análisis necesario
En la feria se hicieron evidentes las tendencias que están marcando el rumbo del segmento: una panadería saludable y funcional, la fermentación prolongada y el uso de masa madre, la automatización de procesos y la diversificación de la oferta.
“Estas innovaciones reflejan un sector en constante evolución, que busca adaptarse a las demandas de los consumidores e incorporar salud, tecnología y sostenibilidad en sus productos y procesos”, detalla Pena.
En ese sentido, resalta el papel que cumple Indupan en el ecosistema panadero nacional. “No solo organiza eventos o representa al sector, también actúa como una plataforma estratégica que conecta proveedores, panaderos y tecnologías, fomentando la innovación y la profesionalización. Gracias a su trabajo, se puede responder mejor a los desafíos económicos, cambios del mercado y las tendencias globales”, comenta.
Como el pan sigue siendo el alimento más transversal y emblemático de la mesa chilena, con un consumo per cápita que supera los 90 kilos anuales, nuestro país se mantiene entre los que mayor ingesta tienen a nivel global.
“La preferencia por variedades tradicionales como la marraqueta y la hallulla se mantiene, pero los panes artesanales, especialmente los de masa madre, están ganando terreno. A pesar del alza de precios, su consumo sigue siendo una constante, lo que refleja su arraigo cultural e importancia en la alimentación diaria”, afirma el presidente de CIPAN.

Según Pena, el pan artesanal continúa siendo muy valorado por su sabor y calidad, aunque el industrial ha crecido por su durabilidad y conveniencia. “Ambos formatos conviven y responden a distintos estilos de vida. Lo importante es mantener la calidad y la identidad en cada uno”, agrega.
Sostenibilidad y futuro
El ejecutivo uruguayo enfatiza que la digitalización y automatización no sustituyen el oficio del panadero, sino que lo complementan. “Estas herramientas permiten mayor eficiencia, calidad, trazabilidad y cercanía con el consumidor. Las panaderías que las integren estarán mejor posicionadas para adaptarse a los cambios del mercado y preservar la tradición del pan”, argumenta.
Sin embargo, advierte que aún hay trabajo pendiente en materia ambiental. “La panadería chilena tiene potencial para liderar en sostenibilidad, pero se necesita un esfuerzo conjunto entre gremios, proveedores y empresas para lograr una adaptación integral y duradera”, indica con seguridad.

Desde su rol en la Confederación Interamericana del Pan, Álvaro Pena recalca la importancia de formar nuevas generaciones de panaderos con una mirada global y responsable. “Promovemos la profesionalización del rubro a través de un enfoque colaborativo y regional, que fortalezca la calidad, innovación y sostenibilidad del sector panadero en toda América Latina”, explica.
El destacado directivo observa el futuro de nuestro gremio con entusiasmo gracias a las transformaciones que vienen. “La panadería chilena cuenta con tradición, talento y capacidad de innovación”, reconoce, por lo que se debe aprovechar el impulso del Pabellón del Pan “para seguir profesionalizando el oficio, incorporar nuevas tecnologías, diversificar la oferta y consolidar la sostenibilidad”.
“Si seguimos unidos y transmitiendo el conocimiento a las nuevas generaciones, el pan chileno seguirá siendo sinónimo de calidad, creatividad y orgullo gremial”, sentencia Pena.

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